lunes, 21 de mayo de 2012

El Ayuntamiento de Valencia obliga al dueño a gastar 550.000 euros en una alquería.

El Ayuntamiento ha rechazado la propuesta del propietario de la alquería de Rocatí, en el barrio de San Isidro, para derribar este inmueble rural que cuenta con la máxima protección patrimonial. Los dos incendios sufridos en los últimos años y los destrozos causados no son causa suficiente para permitir la demolición.

Así se establece en una resolución que pasará este lunes por la comisión de Urbanismo y a la que ha tenido acceso LAS PROVINCIAS. En el expediente se considera que construir un edificio de nueva planta de similares características al actual costaría 1,33 millones de euros, mientras que la consolidación de las zonas dañadas y otras mejoras saldría por 552.000 euros.

Tras esta operación, la conclusión municipal ha sido obligar a la familia propietaria a acometer estas obras. En caso de que no accedan será la contrata municipal la que se haga cargo, pasando después la factura a los dueños a través de una decena de multas, dividiendo por esa cantidad el presupuesto.

La alquería de Rocatí tiene un gran valor sentimental para los vecinos del barrio de San Isidro, al ser las antiguas escuelas de la zona. La construcción del nuevo cauce del Turia dejó el conjunto de inmuebles en la parte sur de esta infraestructura, aislada y por lo tanto con un paso más ha cia su desaparición.
El catálogo de construcciones rurales, dentro del Plan General, le otorgó la máxima protección, al ser declarada Bien de Relevancia Local. El Consistorio da ahora un plazo de tres meses para que se acometan las obras de reparación, que consistirán en la demolición del forjado incendiado afectado por el hundimiento, el derribo de los cobertizos y el refuerzo de los forjados.
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También se habla de la reconstrucción de los muros de ladrillo, el saneado de las pintura de las fachadas y «nuevas instalaciones de saneamiento horizontal, vertical y sus posteriores canalizaciones». De igual importancia o más es la reconstrucción de las cubiertas y la reposición de las carpinterías exteriores, entre otras reparaciones.

La alquería, al igual que muchas en la ciudad, es un conjunto de estilos y épocas superpuestas. Tiene elementos del siglo XVIII y XIX, así como otros del siglo pasado, de factura más moderna y cuando se le dieron otros usos.
Acerca de su mal estado de conservación, el grupo socialista ya denunció en 2008 el perjuicio causado por el primero de los incendios. La asociación de vecinos de San Isidro reclamó su recuperación para un equipamiento de barrio, lo que de momento no se ha logrado.

Sí que hay otras alquerías habitadas en el entorno, aunque la de Rocatí está relativamente aislada, lo que favorece su ocupación ilegal. Además, un problema añadido es la falta de ayudas públicas a los propietarios para la recuperación de estos inmuebles.
Las Provincias

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