jueves, 24 de mayo de 2012

El 80% de las inspecciones del laboratorio de Edificación analizan el aislamiento acústico de los edificios. Zaragoza (Aragón)

El Laboratorio para la Calidad de la Edificación vela por los buenos resultados en cuanto a materiales, acústica o aislamiento en los edificios. Este organismo comprueba la calidad de los materiales de construcción en todas las viviendas de protección oficial, e interviene también para peritar casos de otras viviendas libres cuyos propietarios han denunciado deficiencias en la estructura. Así, en el primer trimestre de este 2012 se han llevado a cabo un total de 16 inspecciones en edificios y 47 ensayos en las instalaciones del laboratorio, dotadas con los equipos necesarios para testar los materiales desde el punto de vista químico, mineralógico, físico y mecánico.

El trabajo se divide en dos vertientes. Una de puertas hacia adentro, en el propio laboratorio, y otra sobre el terreno, con pruebas realizadas en la misma vivienda. Con capacidad para realizar 240 modalidades de ensayos y análisis sobre diversos materiales, el Laboratorio para la Calidad de la Edificación realizó en 2011 un total de 55 inspecciones vinculadas a la acústica y 13 relacionadas con el aislamiento térmico.

Las labores de inspección vigilan de forma sistemática los parámetros de calidad acústica, como el nivel de ruido producido por calderas, ascensores, sistemas de ventilación forzada o puertas de garaje. También hay quejas por ruido procedente de la vivienda de arriba, debido a un mal aislamiento del forjado (lo que se conoce como ruido de impacto). El aislamiento en las paredes suele estar mejor conseguido, por lo que apenas se reciben denuncias por ruidos de viviendas anexas. Por otro lado, se trabaja para perfeccionar el aislamiento de las fachadas. “Éste es un problema difícil de solucionar en barrios ruidosos, porque en las ventanas no se puede conseguir un aislamiento tan compacto como el exigible en un muro”, apunta el director del laboratorio, José Luis Recuenco. En otros casos, el ruido puede transmitirse a través de vibraciones perceptibles, que son “verdaderamente molestas”.

En cuanto al aislamiento térmico, el laboratorio estudia su calidad mediante la utilización de cámaras termográficas. Éstas realizan fotografías infrarrojas que permiten detectar los puntos de fuga por los que se escapa el calor de una casa. “Por ejemplo, muchas veces entra aire por la salida de las persianas, y la gente lo denuncia porque nota que la factura del gas es desorbitada”, asegura el director. “Esto tiene también un evidente impacto medioambiental, por una cuestión de eficiencia energética”, subraya.
El esfuerzo por mejorar en aislamiento térmico ha dado sus frutos, por ejemplo, en los edificios rehabilitados a través de las Áreas de Rehabilitación Integral (ARIS), que el Gobierno de Aragón ha ejecutado en viviendas de Zaragoza, Jaca, Tarazona, Barbastro, Ejea de los Caballeros, Calatayud, Fraga y Monzón. “Los estudios han mostrado una mejoría importante con respecto al nivel de aislamiento anterior a la rehabilitación”, afirma el director general de Vivienda y Rehabilitación del Gobierno de Aragón, Rogelio Silva.

Mejorar los edificios presentes y futuros
Una vez constatadas las deficiencias, el procedimiento conlleva un apercibimiento al constructor para que subsane el problema, y si no lo hace se recurre a una multa o sanción. Luego, una vez que se ha acometido la reforma, el personal del centro acude otra vez a la vivienda para comprobar que cumple ya con los estándares exigidos por la legislación.

“Esta entidad es clave en la inspección, que se realiza desde años con muy buenos resultados. Ahora, desde el Departamento y la Dirección General entendemos que debemos elaborar ahora un plan de inspección para abordar aquellos temas que suscitan una mayor sensibilidad y donde encontramos los principales problemas, para a partir de ahí marcarnos una serie de objetivos anuales”, explica Rogelio Silva. Los datos que se obtienen aquí sobre deficiencias en materia de construcción son fundamentales para elaborar este plan, al que se le pretende dar un contenido informativo, más allá de la sanción: “Se trata de que la sociedad conozca dónde están los problemas, y que las administraciones públicas puedan ayudar a solucionarlos”, añade.

Y es que la filosofía del laboratorio fija sus miras a largo plazo, tal y como explica el director general: “Intentamos que la preocupación sobre una problemática se inserte en el colectivo de la construcción (arquitectos, promotores…), para que mejoren los edificios de las viviendas futuras. Por ejemplo, hace diez años se hablaba de las deficiencias en las ventanas, y hoy ha mejorado mucho su calidad. Ahora contribuimos para que se avance en acústica y aislamiento térmico, y así se vayan mejorando las construcciones”.
Además, las técnicas utilizadas para medir los materiales han evolucionado considerablemente en los últimos años, lo que permite acelerar el proceso de construcción o rehabilitación. Todo ayuda para mejorar la calidad de las viviendas y la eficiencia energética.
Aragón Digital

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