miércoles, 2 de enero de 2013

Pontevedra. Patrimonio en coma.


Artículo de Susana Regueira.

En enero del pasado año un temporal provocó el desplome de gran parte de la cubierta del Pazo Mariño de Lobeira, que meses después sufriría hasta dos incendios consecutivos en menos de cinco horas. Ni su secular historia, las bellísimas sirenas de los escudos de las fachadas, su arco apuntado con el que se accede a la continua plaza de Mugartegui o el hecho de que esté ubicado en una arteria del centro histórico, el principal acceso peanotal al Mercado, han sido suficientes para que las administraciones actúen con celeridad.

La familia Terceiro, propietaria del edificio, espera desde el pasado mes de marzo la autorización de la Dirección Xeral de Patrimonio para proceder al derribo del edificio "con vistas a una futura reconstrucción".

Es un futurible deseado por los amantes del patrimonio, pero se comprende su escepticismo si se tienen en cuenta los precedentes; con similares "vistas a su futura reconstrucción" han sido vaciados y apuntalados numerosos edificios emblemáticos, algunos de los más bellos del principal centro histórico civil de Galicia, que hoy muestran su esqueleto en calles recién renovadas.

¿Las razones del abandono? La Concellería de Urbanismo realizó un estudio después de que el Centro Comercial Urbano (CCU) Zona Monumental le trasladase su preocupación por el estado ruinoso de varios edificios. El informe concluyó que detrás de la mayor parte de los casos están el desplome de la construcción (importantes empresas que adquirieron inmuebles están hoy en fase de concurso), las especulaciones fallidas (propietarios que compraron casas por millones de euros que ahora, con la crisis, no podrán amortizar), los litigios familiares...

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Como resultado, edificios significativos como la antigua casa rectoral de San Bartolomé o la casona señorial de la calle Isabel II, de las pocas del centro histórico que cuenta con su propia huerta privada, están sencillamente apuntaladas a la espera de un futuro mejor.

Se trata de escenarios que dañan seriamente la imagen del centro histórico, como denuncia el presidente del CCU Zona Monumental, Miguel Lago. Éste señala que "el boom inmobiliario afectó negativamente al centro histórico, los compradores se orientaban hacia otro tipo de viviendas, a pesar de que si es cierto que hubo alguna rehabilitación puntural; y cuando parecía que la construcción empezaba a apostar por el centro histórico, la crisis paralizó varios importantes proyectos".

"Es fundamental que los políticos apuesten por la rehabilitación", añade Miguel Lago, "no olvidemos que es la gran atracción turística permanente de Pontevedra, un espacio emblemático que tiene que estar perfecto si queremos competir con otras ciudades por el turismo cultural, de patrimonio histórico y de calidad".

El pasado octubre, y tras 16 meses de que la solicitud fuese remitida, el Instituto Galego de Vivenda e Solo (IGVS) declaró el casco histórico de Pontevedra como Área de Rehabilitación Integral. El concello, que promovió y tramitó la iniciativa y que cofinanciará el proyecto, estima que en la zona monumental 1.528 viviendas podrán beneficiarse de las ayudas para llevar a cabo obras de mejora y/o restauración.

Fue un anuncio en plena campaña electoral, del que en realidad nadie ha vuelto a saber: a día de hoy se ignora cuándo llegarán las ayudas. La Concellería de Urbanismo confirma a FARO que está "a la espera" de que el Ministerio de Fomento comunique los objetivos (número de actuaciones previstas) y la financiación para la primera fase.

Tampoco se sabe cuándo comenzará a funcionar el Área de Rehabilitación o cuándo estarán los fondos, ya que este año concluye el Plan Nacional de Vivienda; habrá entonces que fijar un nuevo Plan en 2013 y "ver como afectarán los recortes". Mientras tanto, el centro histórico ha perdido casi un tercio de población en la última década.

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