lunes, 22 de julio de 2013

Valencia. Un árbol de cornisa.

La cornisa de una ventana no parece el lugar más indicado para que la vegetación crezca. Sin embargo, este pequeño árbol parece haberse adaptado a un espacio muy poco habitual, sin tierra fértil con la que desarrollarse en condiciones y a varios metros de altura. Pero sigue creciendo y parece que no molesta.

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El edificio en cuestión en el que se encuentra dicha cornisa decorada no está ni mucho menos abandonado. Se trata de la sede de la Delegación de Gobierno en Valencia, ubicada en la iglesia del monasterio del Temple. El hecho, del que ha informado Talia, miembro del Círculo por la Defensa y Difusión del Patrimonio Cultural, ha sido notificado a la Delegación del Gobierno y a la Dirección General de Cultura.

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