jueves, 2 de febrero de 2012

Joyas con un abrigo de andamios. León

San Isidoro ha recuperado el esplendor de su fachada. El paso del tiempo y la mugre habían apagado el brillo de un edificio considerado la joya del románico. Tras meses de limpieza y restauración, la portada principal de la colegiata se ha librado de la capa lúgubre que tintaba la basílica para mostrar el auténtico color de la piedra, de una tonalidad desconocida hasta ahora. La suciedad no era el único mal de un edificio que llevaba años aguardando una rehabilitación integral. El diagnóstico inicial era desolador. La fachada sufría infinidad de ‘mutilaciones’ en sus ornamentos, así como grietas y el inevitable desgaste de un templo que no había visto obras importantes desde hacía décadas. Los trabajos de restauración no han concluido. La empresa Decolesa, que lleva a cabo la rehabilitación de la colegiata —por importe de 542.000 euros— tiene aún trabajo para al menos tres meses.

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Falta por adecentar la puerta del Perdón, el atrio y la entrada al museo. Actualmente se está colocando el pavimento a los pies de la puerta del Cordero. En un mes empezará la segunda fase de excavaciones, tras haber llevado a cabo prospecciones en la mitad del atrio, que sufrirá una ‘rebaja’ de 40 centímetros, para igualar la explanada de acceso al templo al nivel de la plaza. En las primeras excavaciones salieron a la luz una veintena de esqueletos —previsiblemente de época medieval—, así como dos sarcófagos y parte de un muro que podría ser de la capilla funeraria del noble leonés Juan Caballo, del siglo XIV, derribada por orden del arquitecto Juan Crisóstomo Torbado en torno al año 1910, porque restaba visibilidad al edificio románico. Sin embargo, los sondeos serán ‘superficiales’, de apenas 80 centímetros de profundidad, lo que no permitirá conocer los primeros niveles constructivos en este solar. Cuando concluyan las obras en el exterior de San Isidoro, deberían comenzar los trabajos previstos en el interior y que, supuestamente, tiene que financiar la antigua Caja Madrid (hoy Bankia), que hace seis años se comprometió a destinar dos millones de euros para rehabilitar el edificio románico y hasta la fecha no ha aportado un solo euro. Tanto la actual restauración como la limpieza interior de muros y paramentos de la iglesia los ha costeado íntegramente la Junta.
San Isidoro no es el único monumento de la capital que está en obras. La Torre Norte de la Catedral luce desde hace días un ‘traje de andamios’. La Junta adjudicó los trabajos, por un importe de 376.249 euros, a la empresa Esoca, que en la actualidad ya se encarga de la recuperación de las vidrieras. Aunque la Torre Norte se restauró en 1991, ahora los trabajos se centran en el remate superior y en el entramado de madera que sustenta las campanas.

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Obras urgentes. El tercer monumento que pasará las Navidades bajo andamios es la muralla tardorromana. Hace dos meses el Gobierno y el Ayuntamiento coincidían en aprobar dos partidas presupuestarias por importe total de 600.000 euros para restauraciones puntuales y urgentes en la fortificación romana, que tardará años en estar rehabilitada por completo. El Consejo de Ministros habilitó en octubre una inversión de 415.000 euros para la reparación del torreón y de las cubiertas del Archivo Histórico Provincial. El Ayuntamiento destinaba ese mismo día otros 179.072 euros a la rehabilitación de un tramo de la calle de los Cubos. Se trata de los cubos E6 y E5, en la calle del mismo nombre, que ya están ‘forrados’ de andamios. La limpieza y recuperación de dos nuevos cubos podría deparar sorpresas, como ya ocurrió con los dos contiguos en los que ahora se está interviniendo, donde aparecieron 59 estelas funerarias, que los romanos reutilizaron en la construcción de la muralla.
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