El Bambú Club, el popular edificio del barrio de Recimil que el anterior gobierno municipal pretendía convertir en el modelo para la rehabilitación, desaparecerá en los próximos meses. Es la previsión del nuevo ejecutivo local, que ayer solicitó oficialmente a la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural la demolición del inmueble, que cuenta con un expediente de ruina. «Es una decisión basada en la seguridad. El edificio conlleva un riesgo», argumentó ayer el concejal de Urbanismo, Guillermo Evia, al anunciar una «muy buena noticia» para Ferrol. «Sale más barato reconstruir el edificio que rehabilitarlo», añadió. Y por esos motivos, aguarda que la comisión provincial de Patrimonio dé el visto bueno en la reunión que, prevé, se celebre a principios de enero.
Qué se hará cuando el inmueble se reduzca a escombros todavía está sin decidir. Aunque la solicitud enviada a Patrimonio incluye, además del proyecto de demolición, un anteproyecto de reconstrucción, el gobierno ferrolano no quiere desvelar todavía sus planes. «Lo que me preocupa es la demolición. Después se presentará una solución consensuada con Patrimonio», señaló Evia. De no llegar a ella, se reconstruiría el edificio con iguales características. Sobre si se haría con fondos municipales, el edil dijo que «hay que ir paso a paso», aunque también dejó abierta la posibilidad de que la parcela quede sin construir. En cualquier caso, el edil subrayó que esta demolición «no tiene nada que ver con el futuro del barrio».
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Sin embargo, en el programa electoral presentado a las últimas municipales, el Partido Popular defendía la construcción de un «nuevo Recimil», con el derribo de parte del barrio.
La demolición tiene un coste estimado de 155.000 euros, y el Concello espera hacerlo «en cuanto Patrimonio dé permiso». Para ello, ha rescindido «de mutuo acuerdo» el contrato existente con los arquitectos Celestino Graña e Isabel Aguirre para el proyecto de rehabilitación del edificio.
Patrimonio puso trabas durante el anterior mandato al pintado de Recimil por tratarse de un barrio protegido. Ahora el concejal de Urbanismo dice que «es mi obligación pelear por que se autorice la demolición» y aguarda que se conceda el permiso.
155.599 euros
El coste del derribo
Es el presupuesto estimado en la solicitud a Patrimonio para demoler un edificio de seis viviendas y un bajo comercial.
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