Para que un espacio urbano sea atractivo a nivel turístico y comercial, y además no sea un frío museo o un parque temático sino que forme parte de una manera activa de la ciudad a la que pertenece es imprescindible que cuente con una población que resida permanentemente en ese espacio, que le dé vida y que lo sostenga física y espiritualmente. Esta argumentación muy cercana al urbanismo humanista, que busca la relación sostenible entre el hombre y su espacio urbano, parece tenerla muy clara la Asociación de Vecinos Cádiz Centro que se ha enfrascado en la elaboración de un censo de fincas, viviendas y solares vacíos y sin uso que existen dentro de los límites del casco histórico de Cádiz.
Por el momento, ya son 110 fincas vacías localizadas y 23 los solares detectados, “una cifra que fluctúa constantemente y a la que ahora comenzamos a sumar las viviendas vacías, que son muchísimas más, ya que hay fincas con uno, dos o tres inquilinos cuando hay quince o veinte viviendas en el edificio”, señala en declaraciones a este medio el presidente de la asociación vecinal, Francisco Gómez, quien indica que “calculamos que puede haber alrededor de 1.200 viviendas de este tipo en el casco histórico, con menos del 50 por ciento de inquilinos de lo que puede albergar el edificio”.
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“Se habla de que Cádiz es una ciudad terminada, que no tiene espacio, por lo que nos parece un disparate que en el casco antiguo tengamos 23 solares, unos 25.000 metros cuadrados de superficie. Las 110 fincas vacías que ahora mismo tenemos registradas rondan los 70.000 metros cuadrados”, explica Gómez que estima que en los edificios cerrados podían ubicarse 700 viviendas de 100 metros cuadrados construidos y uno 80 habitables.
Además, puntualiza el presidente vecinal, “cuando un edificio se rehabilita y vuelven los inquilinos, esos mismos vecinos le dan trabajo y de comer al del almacén de la esquina, al de la tienda de electrodomésticos o ropas, al mismo Ayuntamiento con el pago, por ejemplo, de las tasas de recogida de basuras. Al final revierte en la ciudad”. A juicio de Francisco Gómez, la actuación y puesta en valor de estas fincas vacías “redundaría en favor del casco histórico, sin contar con las fincas y viviendas vacías de Puertas de Tierra. Son viviendas que ya están y para las que no hace falta hacer grandes planes”.
Según lo que han ido observando los vecinos del centro histórico de Cádiz durante la elaboración del censo, donde se incluyen desde edificios con la máxima catalogación urbanística y patrimonial hasta sin catalogar, “hay fincas que parece que están en buen estado, pero otras presentan un claro abandono. Dentro de la relación de fincas las hay que pertenecen a la Oficina de Rehabilitación de la Junta de Andalucía, al Ayuntamiento, a particulares, a la Iglesia, no hemos querido hacer distinción entre una Administración y otra. Hablamos de fincas vacías, cada cual que asuma las responsabilidades que le correspondan. Hemos incluido las que hemos visto que están cerradas. También figuran las que presentan carteles de puesta en venta. Algunas están pendientes de rehabilitar por la Junta o el Ayuntamiento, aunque la situación actual es de paralización”.
Objetivo
“Lo que pretendemos con esto”, aclara Gómez, “es la puesta en valor de estos edificios. La ciudad de Cádiz no se puede permitir el lujo de tener tanta vivienda cerrada. Además, si esas viviendas se rehabilitaran, la creación de puestos de trabajo prácticamente terminaría con el paro de la ciudad”.
Para el representante vecinal “estamos en una ciudad muy pequeña y tenemos que mimar nuestro patrimonio. La gran empresa de Cádiz es Cádiz entero. Vamos a conservar ese patrimonio”.
Procedimientos
Pero desde la Asociación de Vecinos Cádiz Centro no se limitan a hacer ver la situación real de la zona, sino que también recuerdan que existen soluciones para financiar la rehabilitación de las fincas a través de acuerdos de la Junta de Andalucía con los propietarios y la existencia de un convenio similar con Procasa, la empresa municipal de la vivienda, aparte de la financiación privada. “También es posible la creación de cooperativas de viviendas, de hecho en Cádiz se han constituido varias. Además, el Instituto de Crédito Oficial (ICO) tiene una línea especial, la de inversión sostenible, que especifica que se puede aportar financiación para rehabilitación de vivienda y comunidades de propietarios. Es complicado, pero no podemos decir que como es difícil pues no lo hago. Hay que buscar soluciones”.
Cuando el acuerdo con el propietario no es posible o este ha optado por el abandono de la finca buscando una rentabilidad especulativa, en opinión del presidente de la asociación, “el Ayuntamiento puede exigirle al propietario una serie de obras tanto en la fachada como en temas de seguridad. Si hay un incumplimiento por parte del propietario de esas normas y requerimientos, el Ayuntamiento puede actuar y llegar hasta la expropiación de la finca. El Ayuntamiento debía reconocer que se trata de una situación injusta para la ciudad, es insostenible para la ciudad. El Ayuntamiento tiene competencia para exigir seguridad y ornato en las viviendas. De cualquier forma, el primer paso debe ser el diálogo”.
En la asociación son muy conscientes de que hay propietarios que prefieren que el edificio se deteriore, “porque les interesa ir al derribo para luego construir y en vez de tener diez viviendas, tener veinte. Contra la especulación y contra el que deja de forma voluntaria que se deteriore es contra lo que hay que ir. Por supuesto, para las fincas que permanecen cerradas y vacías subirles el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) me parece muy buena idea”, apunta Francisco Gómez que matiza que “ese IBI que se recaudase de más podía servir para aumentar la línea de financiación del Ayuntamiento para la vivienda y para la rehabilitación de las fincas deterioradas”.
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