martes, 4 de junio de 2013

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Pontevedra. Los cambios normativos frenan la ITV de edificios.
El Plan Estatal de Vivienda 2013-2016 ha supuesto un frenazo a la ordenanza que estaba elaborando el Concello de Pontevedra para regular la Inspección Técnica de Edificios (ITE), según indicó ayer el teniente de alcalde de Urbanismo, Antón Louro (PSOE). La normativa que amparaba dicha ITE, que había sido aprobada en el 2011, ha quedado derogada por el Plan Estatal, que prevé el desarrollo de una nueva legislación actualmente en trámite parlamentario.

Louro indicó que el Plan Estatal de Vivienda crea la figura del «informe de evaluación ambiental del edificio». Esta fórmula establece que «adamáis do estado da estructura e instalacións do inmueble -que eran las cometencias de la ITE- se analizan as deficiencias en materia de eaccesibilidade e de certificación enerxética dos edificios». Esta nueva inspección, en principio más amplia que la que pretendía el Concello con la ITE, será obligatoria a partir de los 50 años de vida de cualquier inmueble, y será exigible a partir del año 2019.
Al parecer, el Plan Estatal de Vivienda prevé la posibilidad de que las comunidades de vecinos puedan acogerse a líneas de ayudas para llevar a cabo este tipo de inspecciones, hasta un máximo de 500 euros, según relató Louro.

Los edificios de más de 50 años deberán ser inspeccionados cada diez años.
Ni 40 ni 45. Finalmente, el Ayuntamiento exigirá la inspección que contempla la ley a todos los edificios que cuenten con un mínimo de 50 años, lo que atañe a cerca de 700 viviendas del centro histórico.

Las revisiones tendrán una periodicidad de 10 años y no solo se centrarán en aspectos técnicos y de seguridad, como preveía la ordenanza municipal en tramitación. Las inspecciones también examinarán con lupa las condiciones de accesibilidad del inmueble y la certificación energética.

Ambos condicionantes parten del Plan de Vivienda presentado por el Ministerio de Fomento y de la Ley de Rehabilitación, Regeneración y Renovación Urbanas, todavía en trámite parlamentario.

En base a estos documentos, las inspecciones técnicas se sustituyen por informes de evaluación del edificio, en la que se contemplan más requisitos a superar.

Su entrada en vigor ha obligado a la Concellería de Urbanismo a detener la tramitación de la ordenanza de las inspecciones técnicas y a proceder a su adaptación al nuevo marco normativo. Máxime, cuando el Plan de Vivienda ha declarado derogada la normativa de las inspecciones redactada en 2011.

El concejal de Urbanismo, Antón Louro, explicó ayer que los técnicos municipales ya se encuentran en la fase de reestudio de la ordenanza y que, tan pronto como esta esté "sincronizada" con la norma estatal, se procederá a su tramitación.

En esta etapa los funcionarios estarán en disposición de cubrir lagunas y ajustar condicionantes, ya que la Ley de Rehabilitación, Regeneración y Renovación Urbanas deberá regularse a través de normas que impongan los ayuntamientos o, en su defecto, las comunidades autónomas.

Accesibilidad. La previsión del Ministerio de Fomento es que las inspecciones sean obligatorias a partir de 2019 y que cuenten con un plazo máximo de cinco años desde que los edificios llegan a los 50 años de antigüedad.

Para lograr los primeros voluntarios e incentivar las revisiones, el Plan de Vivenda contempla una línea de ayudas para que las comunidades de vecinos y los propietarios de edificios realicen la inspección antes de 2016. Su importe alcanzará un máximo de 500 euros.

Respecto a las obras de accesibilidad y de eficiencia energética, la ley dice que deberán hacerse si se detectan necesidades y se consideran 'ajustes razonables', es decir, trabajos y obras "que supongan menos de doce cuotas ordinarias del mantenimiento de un inmueble", reza la normativa.

Revisión integral. La nueva ordenanza sustituirá al texto aprobado en 1999, sobre el 'Deber de Conservación e Mantemento dos Elementos Exteriores das Edificacións', que solo afecta al mantenimiento exterior de los inmuebles. Las revisiones serán integrales y actuarán como una herramienta de prevención, ya que permitirá detectar posibles deficiencias. Serán realizadas por empre

sas especializadas y, probablemente, contarán con una validez de diez años.
Las revisiones terminarán con la elaboración de un informe, en el que los técnicos especialistas determinarán qué tipo de obras de reparación deben realizar la comunidad de vecinos o propietarios del inmueble. La ordenanza contemplará sanciones para aquellos casos en los que el inmueble cuente con más de 50 de años y no sea sometido a inspección.

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