El abandono y la degradación que sufre el Museo de Bellas Artes de Valencia, San Pío V, Bien de Interés Cultural (BIC) por sí mismo y por tanto espacio protegido por la Ley de Patrimonio Valenciano lleva camino de terminar en los tribunales. E incluso, en su defecto, la propia fiscalía estaría capacitada para actuar de oficio como ya lo hizo en su día con motivo del expolio del Convento de San José de Valencia.
Todo debido al desinterés manifiesto que las instituciones responsables de su gestión-la titularidad es del Ministerio de Cultura pero la gestión se encuentra transferida a la Generalitat Valenciana-han puesto de manifiesto durante los últimos años, como así ha denunciado Levante-EMV en repetidas ocasiones.
De momento, la Defensora del Pueblo, ha solicitado a la Dirección General de Bellas Artes del Ministerio de Cultura y a la de Patrimonio Cultural Valenciano información sobre una denuncia interpuesta por el colectivo Cercle Obert para dictaminar al respecto. El colectivo ha advertido que si fracasa la mediación de la Defensora del Pueblo denunciará ante los tribunales a la actual consellera de Cultura, Lola Johnson, así como al Ministro de Cultura, José Ignacio Wert, por "favorecer la degradación y destrucción" de la pinacoteca valenciana. Y además, la denuncia será extensible a los anteriores responsables ministeriales y conselleres,así como al Ayuntamiento de Valencia por no haber agilizado los trámites administrativos que hubieran significado la puesta en marcha de la rehabilitación hace apenas unos meses .
Tal como ya informó este diario en su día, el Ministerio de Cultura dotó la pasada legislatura con 4,5 millones el inicio de las obras que incluso contaron con el visto bueno de la Dirección General de Patrimonio de la Generalitat. Sin embargo, la cuantía se perdió por la negativa del Ayuntamiento de Valencia a conceder la licencia de obras en represalia por la anulación del Plan del Cabanyal, por parte del Gobierno central, al considerarlo expolio.
La degradación del San Pío V es visible y notable. No sólo su fachada lleva años cubierta con mallas metálicas debido a los desprendimientos que se producen en su edificio noble, y el peligro derivado para los viandantes, sino que sufre goteras, humedades e inundaciones que ponen continuamente en peligro a las obras de arte. Además, las condiciones en las que se exhiben sus cuadros son lamentables, con paredes descorchadas y suciedad. De hecho, los techos de la escalera de acceso a las colecciones del XIX están apuntaladas. Sin embargo, mientras crecían proyectos efímeros y megacomplejos hoy insostenibles y en venta, la Generalitat y el Ministerio daban la espalda a la considerada segunda pinacoteca española pese a las reiteradas denuncias que han terminado en esta situación.
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