Los últimos trabajos desarrollados en el yacimiento de El Monastil han permitido sacar a la luz un nuevo hallazgo, el primero desde que hace dos años se descubrieran los hornos de la alfarería romana que se considera que fue la primera fábrica industrial del Valle de Elda. Si bien las últimas fases se han centrado específicamente en la recuperación de aquellos elementos más amenazados por su degradación, en esta ocasión los trabajos, por los que asimismo se ha procedido a la restauración de siete departamentos -viviendas- del barrio sur, han aflorado una escalinata monumental que, construida hace más de dos mil años, habría sido el principal acceso al poblado.
Se trata de un hallazgo que, más allá de su valor arqueológico en sí, tiene un importante valor científico por cuanto a que ha permitido recuperar una información muy precisa sobre la vida en el poblado iberorromano del Monastil, el yacimiento que, según destacó el arqueológo municipal Juan Carlos Márquez, responsable del proyecto para su puesta en valor, "mejor explica la historia antigua del Valle de Elda". La escalinata, que data de la misma época que los hornos, habría sido así la principal entrada, una vez traspasada la muralla, al poblado.
El último escalón conserva los goznes que en su día se utilizaron para anclar el portón de acceso, una muestra más del valor que los moradores del Monastil, ya protegido por la muralla, otorgaban a la seguridad, según explicó el arqueólogo. Las excavaciones han permitido asimismo sacar a la luz miles de piezas cerámicas ibero-romanas que ya están siendo analizadas y catalogadas.
Esta nueva fase, que se ha desarrollado durante los últimos seis meses, ha permitido asimismo avanzar en la consolidación del denominado barrio sur , una de las zonas más complejas del yacimiento por sus dificultades de acceso. Concretamente, se han logrado salvaguardar otras siete viviendas, que fueron habitadas durante dos etapas, entre los siglos III a.C y el VI d.C. Los trabajos se han acometido gracias a un nuevo programa Emcorp, con financiación de la UE y el Servef, que ha permido contratar durante seis meses y con un presupuesto de 118.000 euros, a un equipo interdisciplinar de once personas, entre peones, arqueólogos y restauradores.
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Diez años de trabajos de recuperación
Los trabajos acometidos durante estos seis meses y que oficialmente culminarán el próximo 31 de marzo representan una nueva fase de un amplio proyecto dirigido a poner en valor el yacimiento del Monastil, con el objetivo de hacerlo visitable. Las excavaciones de esta fase han permitido retomar la labor realizada entre 1950 y 1970 por voluntarios del Centro Excursionista Eldense.
La continuidad de los trabajos, tanto de consolidación como de excavación, volverá ahora a quedar a expensas de financiación, con la mirada puesta en la concesión de un nuevo programa Emcorp, según destacó el concejal José Mateos. Aunque fue hace diez años, en 2002, cuando comenzaron las actuaciones de restauración en el yacimiento, los trabajos adquirieron una mayor continuidad a raíz de los programas europeos a los que se tuvo acceso desde 2009.
Con aquellos elementos con mayor riesgo de desaparición por su avanzada degradación como prioritarios, los trabajos desarrollados durante estos últimos diez años han permitido sacar a la luz y salvaguardar el tempo paleocristiano que, se cree, habría sido una sede episcopal, la alfarería romana, la muralla bimilenaria que rodea el yacimiento y más de la mitad de las 72 viviendas que en su día conformaron la ciudad del Monastil.
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