martes, 26 de febrero de 2013

Castropol (Asturias) El Caserío de A Cabanada se viene abajo.


El viejo caserío de A Cabanada se viene abajo. A finales de 2007 el Principado compró esta casona y la finca, en la zona interior del concejo de Castropol, por un montante de 1,2 millones de euros. Iban a transformarlo en un complejo de agroturismo. Cinco años después no se ha hecho nada y el paso del tiempo ha deteriorado gravemente el inmueble.

El Ayuntamiento castropolense fue quien avisó en 2007 al Principado de que el conjunto, que data de 1860 y que tiene un gran valor patrimonial y etnográfico, estaba a la venta. Es una finca de 100 hectáreas, con una casona, una ferrería y diferentes ingenios hidráulicos. De los proyectos anunciados para el caserío, cinco años después ni rastro. La casona, invadida por la maleza y visiblemente más deteriorada que en 2007, sigue esperando por la prometida obra de rehabilitación.

En el año 2010 el diputado popular Alfonso Román López preguntó al Principado por los planes para el caserío y el entonces consejero de Economía y Hacienda, Jaime Rabanal, reconoció la inexistencia de planes para el espacio: «No hay ningún proyecto concreto en este momento para este conjunto». Rabanal dijo entonces que el proyecto inicial está invernando y asumió la posibilidad de que la casona pudiera venirse abajo con el paso del tiempo.

En el Ayuntamiento castropolense constatan la falta de proyectos planteados por el ejecutivo autonómico y por eso han iniciado conversaciones para que la propiedad pase a manos municipales. «Vamos a tratar de que la Consejería nos ceda el uso y disfrute del terreno y poder desarrollar un pequeño proyecto», avanza el regidor José Ángel Pérez.

Pérez indica que los planes del Ayuntamiento pasan por acometer una actuación modesta, encaminada a que lo que queda en pie de la ferrería no desaparezca y también al aprovechamiento de la finca para darle «un uso agroganadero». Al respecto de la casona, parece que no hay planes para frenar su estado de deterioro. En este sentido el regidor indica que el caserón «no tiene ningún valor arquitectónico».

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El conjunto fue construido en 1860 por orden del castropolense Domingo Vázquez Villamil. En una punta de la finca está el caserío y en la otra, junto al río Porcía, se enclava la ferrería. El edificio mantiene sus paredes, pero no el techo. Tiene planta irregular y está dividido en cuatro estancias, dos destinadas a espacio de trabajo y otras dos como carboneras. Según los datos recogidos la ferrería funcionó hasta finales del siglo XIX.

Al poco de la compra de la finca, el Ayuntamiento de Castropol remitió al Principado una propuesta de actuación integral dividida en varios ejes. El primero consistía en construir un aparcamiento en las antiguas escuelas de El Roxu, en las proximidades de A Cabanada. El Consistorio proponía convertirlo en albergue con cafetería.

La segunda línea de actuación iba encaminada a habilitar una senda hasta las cascadas de El Cioyo, joya natural del ayuntamiento de Castropol. Esta iniciativa es una de las pocas del proyecto inicial que han llegado a buen puerto y hoy en día es posible realizar el itinerario desde las escuelas hasta la cascada en condiciones de seguridad. El itinerario hasta la caída de agua está perfectamente señalizado y dispone de cordeles para facilitar el descenso de los visitantes.

La parte más ambiciosa de este proyecto de impulso turístico de la zona interior del concejo pasaba por restaurar la casona y convertirla en un establecimiento hotelero. También planteaba el equipo de gobierno local la creación de una senda entre la casona y la ferrería, que también se rehabilitaría para convertirla en un museo o espacio cultural en el que los visitantes pudiesen conocer el tratamiento artesanal del metal. Otro de los retos pendientes es mejorar el acceso rodado hasta la finca y también disponer en las inmediaciones del caserío de una zona para estacionar los vehículos.

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