El Ayuntamiento ha promovido a lo
largo del presente mandato municipal, desde 2011, la demolición de ocho
edificios que se encontraban en estado ruinoso y tiene abiertos expedientes
correspondientes a otros seis inmuebles pendientes de derribo o de
rehabilitación. La demolición de las edificaciones ha sido asumida por los
propietarios a requerimiento del Consistorio, en virtud de la normativa
urbanística en vigor. En caso de que los dueños de la finca no asuman el
requerimiento municipal, el Ayuntamiento se reserva la posibilidad de ejecutar
la demolición de forma subsidiaria, cargando posteriormente los costes al
titular de la propiedad.
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Hasta ahora, en lo que va de mandato, el Ayuntamiento ha promovido el derribo
de edificaciones en ruinas en La Pontona (Carrocera); La Peruyal; la calle Río
Sella (El Llugarín), y L'Almuriu, la calle de Severo G. Jove y la calle Nicanor
Piñole (Sotrondio). También está prevista la demolición o rehabilitación de
otros inmuebles degradados en la Avenida de La Vega (El Entrego); La Encarná;
Pipe; Los Rebollos; La Llaniella; y L'Almuriu. Los expedientes de todas estas
intervenciones urbanísticas se están tramitando en la actualidad.
El alcalde de San Martín del Rey Aurelio, Enrique Fernández, remarcó que «la recuperación de espacios degradados del municipio es uno de los objetivos de este mandato. Nos estamos acogiendo a razones de seguridad, salubridad y ambientales, con el fin de conseguir un entorno urbano que otorgue una mayor calidad de vida para la ciudadanía», esgrimió el regidor. Y añadió: «Es una tarea que exige de la responsabilidad y cooperación tanto de particulares como de la Administración local para que podamos avanzar en un proceso que permita eliminar los entornos urbanos más decadentes y liberar nuevos suelos para su aprovechamiento futuro».
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El Gobierno local expuso que «partiendo de la misma base» ejecutó recientemente
el derribo del centro de estudios medioambientales de El Entrego (Cempa), que
fue demolido sin llegar nunca a cumplir los usos para los que fue concebido.
Finalmente, el coste de la demolición fue de 9.000 euros porque se recabaron
11.000 con la venta de chatarra del edificio.
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