Fechas:
Del 12 de diciembre
de 2012 al 19 de marzo de 2013
Emplazamiento:
Jardín Botánico de
Valencia. C/ Quart 80. Valencia
Comisario: Adrià Besó Ros
Proyecto: Universidad de Valencia
Organización: Vicerrectorado de Cultura e Igualdad de la Universidad de Valencia
Producción: Jardí Botànic de la Universitat de València i Fundació General de la Universitat de València
Colabora: Ayuntamiento de Valencia
Una
muestra organizada por el Vicerrectorado de Cultura e Igualdad de la
Universidad de Valencia bajo la dirección del comisario Adriá Besó, y en
colaboración con el Jardín Botánico, la Fundación General de la UV y el
Ayuntamiento de Valencia.
La
exposición nos acerca a la visión idealizada del huerto de naranjos y su
paisaje citrícola, que caracterizó la época dorada del cultivo en nuestro territorio
(1880-1930), mediante diferentes manifestaciones artísticas como la fotografía,
la literatura y el cine.
El
naranjo ha sido un árbol de jardín muy apreciado por sus calidades estéticas.
En la tradición cultural valenciana los conceptos de huerto y jardín han estado
íntimamente relacionados. A finales del siglo XVIII se inician en los círculos
ilustrados las primeras experiencias del cultivo del naranjo con una finalidad
comercial, del que se obtienen cuantiosos beneficios económicos. En un primer momento
los huertos de naranjos quedarán centrados en los núcleos de la Ribera y de La
Plana de Castellón donde se desarrollaron de forma muy lenta, hasta que a
mediados del siglo XIX se dieron las condiciones que favorecieron la
exportación de la producción a los países europeos. Pero a partir de 1880 el
naranjo se extendió de forma generalizada por toda la franja litoral
comprendida entre La Plana de Castellón y la Safor hasta llegar a la década de
los años treinta. Las cualidades estéticas del naranjo como árbol de jardín se
extendieron a todo un paisaje que se cultivó de forma esmerada, gracias a los
importantes beneficios económicos que generó. Desde sus orígenes este paisaje
recibió una valoración estética reflejada a los relatos de los autores que por
varios motivos trataron de aproximarse, como el mismo Cavanilles, Madoz,
Lassala, Bodí, la Condesa de Gasparín, etc. En un principio esta percepción
sólo se materializa por parte de determinadas personas pertenecientes a los
ámbitos científicos y por visitantes extranjeros. Pero será en esta época
dorada del cultivo que se sitúa entre 1880 y 1930, sobretodo en la transición
del siglos XIX al XX, cuando la burguesía asuma el liderazgo en la expansión
agraria valenciana y en el cultivo de la naranja, cuando reciba una especial
atención por parte de escritores, pintores y fotógrafos o productores de cine,
que con sus obras lo elevarán a la categoría de paisaje, transmitiendo unos
valores que serán aprehendidos por los diferentes estratos de la sociedad.
Llama
la atención como las diferentes manifestaciones culturales coinciden en
transmitir un concepto de huerto idealizado bastante similar y en situar el
paisaje de los huertos por excelencia en Alzira y Carcaixent, donde la mayor
concentración de huertos le otorga un carácter sublime que despertará
experiencias estéticas que se materializarán en las diferentes formas de
expresión artística.
Esta
exposición nos acerca a la visión del huerto de naranjos y del paisaje
citrícola a través de las imágenes creadas por la fotografía, la literatura y
el cine entre 1880 y 1930. El contenido se estructura en los siguientes
ámbitos:
0.Audiovisual:
Huertos de naranjos. La formación del vergel valenciano
Explica el paso del huerto jardín valenciano al huerto de naranjos que se produce en paralelo a la adopción del naranjo como cultivo comercial, y explica el concepto de huerto canónico burgués y los fundamentos de su valoración estética.
Explica el paso del huerto jardín valenciano al huerto de naranjos que se produce en paralelo a la adopción del naranjo como cultivo comercial, y explica el concepto de huerto canónico burgués y los fundamentos de su valoración estética.
1.
El huerto de naranjos
El
huerto canónico burgués está formado por una superficie ortogonal plantada de
naranjos, rodeada por una cerca, cuyo interior se estructura por dos ejes en
forma de cruz. En el centro se sitúa la casa, junto a la que hallamos la balsa
y el motor de riego, junto a los que se despliega un jardín ornamental. Los diferentes
caminos interiores se transforman en paseos que se adornan con árboles,
palmeras y otras plantas. En este ámbito se analizan los diferentes elementos
que conforman el huerto canónico burgués: el naranjo, palmeras, cipreses, el
entrador, la casa, el agua, los jardines.
2.
Visiones panorámicas
Este
ámbito ofrece imágenes panorámicas de un paisaje caracterizado por el
monocultivo. Nos muestran bosques de naranjos, de los que sobresalen las casas
de los huertos, las palmeras, los árboles de los jardines y las chimeneas de
los motores. Como es un paisaje arbolado y de campos cerrados, para poder
obtener buenas vistas panorámicas hay que subir a los miramares de las casas o
a algunas elevaciones naturales. Para los escritores la Muntanyeta del Salvador
de Alzira ha sido el mirador por excelencia.
3.
El paisaje vivido
Nos
muestra la relación de las personas con el paisaje, que gracias a su dedicación
y trabajo lo hicieron posible y lo sustentaron. Hablamos de señoritos, que
tenían el huerto como signo de prestigio social, donde pasaban temporadas
de veraneo con la sus familias y amistades, de hortelanos que se dedicaban a
trabajar y a tener cuidado de los huertos, y de las mujeres, que atendían la
casa del huerto y trabajaban en los almacenes de naranja en las tareas de
confección. Las circunstancias excepcionales vividas durante la Guerra Civil
hicieron que en 1937 el gobierno de la República creara en algunos huertos
colonias escolares donde niños y niñas evacuados de los bombardeos de Madrid
vivieron una experiencia idílica en el “Levante feliz”, lejos de los horrores
de la guerra.
4.
La realidad actual
Estos
paisajes, que durante las primeras décadas del siglo XX fueron fuente de
inspiración de poetas y escritores, fueron pintados y captaron la atención de
los objetivos de fotógrafos y cineastas, han pervivido sin cambios demasiado
sustanciales hasta hace una década, cuando comenzó un lento declive que no ha
materializado sus huellas hasta los últimos años. La comparación de estas
imágenes actuales con las que se muestran a lo largo del recorrido expositivo
quiere dejar testimonio gráfico de estas pervivencias, que a partir de ahora se
ven amenazadas.
5.
Mirando hacia el futuro
El
ciclo de la naranja como monocultivo intensivo ha llegado a su fin en aquellas
comarcas donde comenzó de forma temprana. Esto plantea un escenario de grandes
transformaciones paisajísticas a corto plazo, de las que ya encontramos algunas
manifestaciones de diferente alcance. En estos momentos nos situamos en un
momento de cambio, donde el triunfo de algunas de las alternativas marcará la
nueva imagen del paisaje para un próximo ciclo. En este ámbito se muestran
imágenes actuales de las diferentes alternativas: conversión en suelo
urbanizable, reconversión con nuevos cultivos como el aguacate, la chirimoya o
el caqui, los árboles maderables, el ocio y el turismo rural...
Más
información sobre la exposición
Noticia
sobre la exposición
Paisajes
en peligro de extinción
No hay comentarios:
Publicar un comentario