No hay riesgo de derrumbe en la ermita
de San Diego. El
Cabildo de Tenerife, a través del director insular de Cultura, Cristóbal
de la Rosa, informó el lunes a los miembros de la Comisión Insular de
Patrimonio Histórico sobre las obras de urgencia que se están realizando en la
popular ermita lagunera.
Ante la
mencionada comisión, de la Rosa aseguró que “la ermita no corre ningún peligro
de derrumbe, pero al detectar el párroco unas grietas en el interior, los
informes técnicos nos han aconsejado proceder a un refuerzo de la estructura”.
El responsable
insular de Cultura y Patrimonio Histórico negó que la ermita de San Diego haya
necesitado un apuntalamiento interior y aclaró que las principales actuaciones
se están desarrollando en perímetro exterior de la ermita. Entre las
intervenciones previstas en el proyecto figura el arreglo de la cubierta de las
dependencias anexas y la retirada del material acopiado en ellas y la limpieza
de las dependencias.
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Asimismo,
Cristóbal de la Rosa informó a los miembros de la Comisión Insular de que en
las obras de restauración llevadas a cabo años atrás se realizaron previamente
todos los estudios pertinentes sobre la cimentación de la estructura, pero han
sido los movimientos de tierra realizados en la actualidad los que han motivado
la obra urgente encargada por el Cabildo, que mantendrá un seguimiento de los
trabajos.
La
ermita de San Diego corre peligro de derrumbe al ceder sus cimientos.
La histórica ermita de San Diego del
Monte corre peligro de derrumbre, ya que han aparecido en sus paredes unas
grietas que, según los técnicos del Cabildo Insular de Tenerife, es probable
que obedezca a que la cimentación del edificio ha cedido debido a una pérdida
de humedad del subsuelo.
Todo comenzó en el mes de agosto,
cuando el párroco de la ermita detectó grietas en las paredes, cosa ilógica ya
que la ermita fue restauarada en 2006, año en que dieron comienzo las obras,
después de estar esperando los vecinos por dichos trabajos, para abrir de nuevo
la iglesia al culto.
Vecinos de la zona consultados y
expertos relacionados con la restauración y arquitectos no entienden qué ha
pasado en la ermita cuando fue restaurada, ya que en el proyecto se contemplaba
como primer paso la estabilización de la estructura del edificio. Lo lógico,
según los arquitectos consultados, es que "en un edificio que data de 1615
lo primero que tenían que haber hecho es conocer el estado de su cimentación,
ya que no es el primer caso en La Laguna de restauración de edificios que al
terminar sus obras han amenazado con su desplome, como fue el caso del antiguo
Mercado Municipal de La Laguna, en el que aparecieron grietas al llevar a cabo
los trabajos de excavación del nuevo edificio de los Juzgados. Ello fue debido,
también, a la mala cimentación y ceder la misma".
El Cabildo de Tenerife, según su
director insular de Cultura y Patrimonio Histórico, Cristóbal de la Ros, lo que
ha hecho es proceder a apuntalar la ermita tanto en su interior como en su
exterior. Los fieles podrán seguir asistiendo a las misas pero dichos elementos
de protección no se quitarán para garantizar la seguridad de los mismos.
Cristóbal de la Rosa ha dicho que todo
apunta a que han cedido los cimientos y que los técnicos aún no tienen clara la
causa que pone en peligro la construcción. Por ello, se ha optado por poner
testigos en las grietas de las paredes para si se produce una mayor dilatación,
cerrar la iglesia y ver qué medidas se adoptan.
En febrero de 2006 dieron comienzo los
trabajos de restauración del Cabildo Insular de Tenerife, conjuntamente con el
Ayuntamiento de La Laguna y el Obispado.
Las primeras obras se centraron, en
aquel entonces, en la recuperación de la cubierta del templo, el arreglo de los
muros de la sacristía y la mejora del entorno.
Lo que opinan los arquitectos
consultados de no haber analizado la cimentación antes de comenzado la restauración
de la ermita, está relacionado con lo que en 2006 dijo el entonces consejero de
Cultura del Cabildo, Miguel Delgado, quien afirmó que el inmueble estaba en un
estado de ruina y que sus obras se encontraba en el Plan Insular de Patrimonio
Histórico.
Las obras eran de gran necesidad
porque el interior de la ermita presentaba un estado muy lamentable, con una
zona del coro que amenazaba ruina por haberse deteriorado debido al agua que
entraba por la cubierta. La pared del Evangelio tenía una grieta de grandes
dimensiones, por lo que las grietas aparecidas ahora no es nada nuevo ahora.
Casi 4 siglos de historia
En el año 1615, Juan de Ayala, que
fundó el monasterio, dispuso que sus bienes y derechos fueran heredados por los
franciscanos descalzos de San Diego. El convento sufrió, a lo largo de su
historia, muchos problemas en forma de pleitos, litigios y clausuras. Su primer
vicario fue el padre Gonzalo Temudo, quien, con doce religiosos, formó la
comunidad monacal en 1648, aunque la construcción definitiva del edificio no
tuvo lugar hasta 1672.
El espacio que ocupó el antiguo
convento y las tierras que lo rodean es propiedad privada. La ermita pertenece
a la Iglesia y fue objeto de ataques por parte de aquellos estudiantes que
nunca comprendieron el componente romántico de la fuga de San Diego. La iglesia
fue cerrada al público y, fruto del abandono y de la acción de los agentes
naturales como la lluvia, se deterioró y luego fue restaurada.
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