La cornisa de una ventana no parece el
lugar más indicado para que la vegetación crezca. Sin embargo, este pequeño
árbol parece haberse adaptado a un espacio muy poco habitual, sin tierra fértil
con la que desarrollarse en condiciones y a varios metros de altura. Pero sigue
creciendo y parece que no molesta.
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El edificio
en cuestión en el que se encuentra dicha cornisa decorada no está ni mucho
menos abandonado. Se trata de la sede de la Delegación de Gobierno en Valencia,
ubicada en la iglesia del monasterio del Temple. El hecho, del que ha informado
Talia, miembro del Círculo por la Defensa y Difusión del Patrimonio Cultural,
ha sido notificado a la Delegación del Gobierno y a la Dirección General de
Cultura.
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