El recorte en inversiones
públicas destinadas a la rehabilitación y restauración pone en peligro gran
parte de los tesoros del patrimonio histórico-artístico de la Comunitat
Valenciana. El deterioro y abandono de edificios, conventos, alquerías,
castillos y palacetes ha sido especialmente grave en los últimos años en una
lamentable deriva a la que las administraciones parecen no poner freno.
Humedades, derrumbes y escombros se han adueñado de algunos de los monumentos
más representativos de la riqueza patrimonial de la comunidad.
L´
Horta
El «palauet» de Nolla necesita una
inversión de 6 millones. El «palauet» de Nolla, en Meliana, es un edificio
único en la comarca de l´Horta Nord. Su condición de inmueble histórico „tiene
su origen en una construcción del siglo XVII„ inserto en el complejo industrial
que durante varias décadas fabricó los mosaicos Nolla, presentes en casas y
palacios de toda Europa desde 1860, le aporta un valor añadido.
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En 2011, el ayuntamiento, actual
propietario del complejo, contrató a un equipo multidisciplinar de expertos
para que estudiaran el estado de la estructura, volumetría, decoración y
conservación del edificio. Su intención era acabar con el abandono que sufre el
«palauet» desde hace décadas y restaurarlo por fases durante el presente
mandato. El proyecto recibió incluso un premio de la Unión Europea y su realización
supondría una inversión de unos 6 millones. Pero por el momento, las ayudas de
las demás administraciones llegan en cuentagotas y el poco dinero que ha
entrado (principalmente desde la diputación) se está destinando a evitar que el
deterioro vaya a más, mediante pequeñas actuaciones como el saneamiento del
techo o la recuperación de parte de los mosaicos y molduras de la fachada.
La Ribera
Alzira gasta 600.000 € en el Palau de
Cassassús, sin rehabilitar «El triste
final del Castell de Corbera fue el olvido». Con esta rotunda afirmación
concluye el arqueólogo Miquel Gómez Sahuquillo su apuntepublicado en la obra
Castell de Corbera. Història i flora sobre la que es, junto a la de Cullera, la
única fortaleza de origen árabe que existe en toda la Ribera Baixa y que fue
declarada Bien de Interés Cultural (BIC) en 1997.
Sin embargo, dicho estatus no ha
servido de acicate para evitar la degradación del Castell de Corbera. Tras ser
abandonado en el siglo XVII, el estado de conservación ha ido empeorando sin
que nadie ni nada hayan hecho algo por impedirlo. A principios de este siglo
fue comprado a las familias propietarias por la Diputación de Valencia. El ente
provincial gastó alrededor de 300.000 euros en su adquisición, pero desde
entonces no se ha llevado a cabo ninguna actuación.
Mientras, la construcción más
representativa de la arquitectura civil medieval de la Ribera, la conocida como
casa de la Granja o de Sinyent, en Polinyà de Xúquer, amenaza con derrumbarse.
La fragilidad de su estructura amenaza con el desplome. El edificio, con 22
hectáreas de tierra de cultivo al lado del Xúquer, lo adquirió hace dos años la
Asociación Valenciana de Agricultores (AVA), que tiene avanzado un proyecto de
rehabilitación, para instalar su campo de experimentación. Pero la falta de
subvenciones para restauralo „al sindicato le deben ayudas de tres años„
ralentizan la actuación.
En Alzira, el ayuntamiento adquirió en
el año 2005 por casi 600.000 euros el Palau de Cassassús, un edificio señorial
del siglo XVIII ubicado a espaldas de la casa consistorial, con la intención de
rehabilitarlo para ubicar dependencias municipales y aunque se llegó a elaborar
un proyecto de restauración fue una de las primeras iniciativas que el gobierno
municipal aparcó con el inicio de la crisis. Este edificio, declarado Bien de
Relevancia Local, permanece sin uso desde entonces y sólo las denuncias del
PSPV obligaron al consistorio a reponer las ventanas rotas.
Castelló
La reconstrucción de la Cartuja de
Valldecrist sigue a la espera
El aspecto ruinoso de uno de los patrimonios más emblemáticos del Alto Palancia, el de la Cartuja de Valldecrist ubicada en el término municipal de Altura da muestra de la difícil situación que atraviesa la inversión de capital de las entidades públicas en mantenimiento de patrimonio. En 2011, la directora general de patrimonio presentó dos proyectos de 970.000 euros para la reconstrucción de una de las 24 celdas con las que contaba la Cartuja de Valldecrist con el fin de realizar una recreación de cómo era, así como la colocación de la cubierta, tambor incompleto y sepulcro del muro del claustro de San Jerónimo, ubicado dentro de la Iglesia mayor del edificio. Dos proyectos que, a pesar de que ya debían estar terminados, todavía siguen a la espera de ejecución. En Segorbe, el convento de San Martín y el de los franciscanos, propiedad del obispado, también muestran síntomas de amenaza a ruina.
El aspecto ruinoso de uno de los patrimonios más emblemáticos del Alto Palancia, el de la Cartuja de Valldecrist ubicada en el término municipal de Altura da muestra de la difícil situación que atraviesa la inversión de capital de las entidades públicas en mantenimiento de patrimonio. En 2011, la directora general de patrimonio presentó dos proyectos de 970.000 euros para la reconstrucción de una de las 24 celdas con las que contaba la Cartuja de Valldecrist con el fin de realizar una recreación de cómo era, así como la colocación de la cubierta, tambor incompleto y sepulcro del muro del claustro de San Jerónimo, ubicado dentro de la Iglesia mayor del edificio. Dos proyectos que, a pesar de que ya debían estar terminados, todavía siguen a la espera de ejecución. En Segorbe, el convento de San Martín y el de los franciscanos, propiedad del obispado, también muestran síntomas de amenaza a ruina.
Benicàssim sigue a la espera de que
una de sus villas más emblemáticas, Villa Elisa, pueda ser rehabilitada y
vuelva a abrir sus puertas. Las obras del palacete localizado en el paseo Pilar
Coloma y que es de titularidad municipal, llevan desde 2009 paralizadas a causa
de los impagos por parte de la Generalitat.
El
Camp de Morvedre
La basura se adueña de los chalés de
la antigua Gerencia de Altos Hornos
Algunos tramos de muralla del castillo de Sagunt y los palacios medievales de Quartell y Benifairó de les Valls esperan desde hace tiempo una intervención urgente. Mientras el Ministerio de Cultura avanza en la rehabilitación de los lienzos del castillo a un ritmo lento, el edificio señorial de Quartell lleva unos tres años con una malla de seguridad en su fachada para evitar caídas de cascotes y en el de Benifairó, la mitad del tejado se ha caído sin que los propietarios particulares de ambos tengan prevista una intervención a corto plazo.
Algunos tramos de muralla del castillo de Sagunt y los palacios medievales de Quartell y Benifairó de les Valls esperan desde hace tiempo una intervención urgente. Mientras el Ministerio de Cultura avanza en la rehabilitación de los lienzos del castillo a un ritmo lento, el edificio señorial de Quartell lleva unos tres años con una malla de seguridad en su fachada para evitar caídas de cascotes y en el de Benifairó, la mitad del tejado se ha caído sin que los propietarios particulares de ambos tengan prevista una intervención a corto plazo.
Del legado industrial del Port de
Sagunt, que es lo más reciente, el mal estado de los chalés de la antigua
Gerencia de AHM constituye todo un punto negro, dentro además de la histórica
ciudad-jardín. Además de sufrir pintadas y estar llenos de basura o escombros,
el deterioro de las construcciones es evidente desde hace más de diez años,
ninguno de los proyectados anunciados por la Generalitat en el recinto han
llegado a cuajar, ni la Ciudad del Teatro, ni el Campus de las Artes Escénicas.
La
Marina Alta
Xàbia: goteras y filtraciones en la
iglesia gótica de Sant Bertomeu
El patrimonio arquitectónico de la Marina Alta no está en su mejor momento. Incluso monumentos históricos como la iglesia gótica de Sant Bertomeu de Xàbia, del siglo XVI, sufren desde hace varios años un deterioro que va a más. Las goteras y filtraciones de agua obligan a colocar plásticos en los bancos cada vez que llueve. El proyecto de 2005 para restaurar la iglesia, que debía financiar Caja Madrid, se fue hace tiempo al limbo. Los hierbajos crecen en la torre y hacen más grandes las grietas y goteras. El templo, construido con sillares de piedra tosca, necesita de una rehabilitación urgente. La disputa por la propiedad de la iglesia, que el ayuntamiento tuvo inscrita en su inventario de bienes hasta 1961, pero que el Arzobispado de Valencia registró a su nombre en el verano de 2009, no ayuda a la hora de plantear un nuevo proyecto de restauración.
El patrimonio arquitectónico de la Marina Alta no está en su mejor momento. Incluso monumentos históricos como la iglesia gótica de Sant Bertomeu de Xàbia, del siglo XVI, sufren desde hace varios años un deterioro que va a más. Las goteras y filtraciones de agua obligan a colocar plásticos en los bancos cada vez que llueve. El proyecto de 2005 para restaurar la iglesia, que debía financiar Caja Madrid, se fue hace tiempo al limbo. Los hierbajos crecen en la torre y hacen más grandes las grietas y goteras. El templo, construido con sillares de piedra tosca, necesita de una rehabilitación urgente. La disputa por la propiedad de la iglesia, que el ayuntamiento tuvo inscrita en su inventario de bienes hasta 1961, pero que el Arzobispado de Valencia registró a su nombre en el verano de 2009, no ayuda a la hora de plantear un nuevo proyecto de restauración.
En Dénia, la casa del siglo XIX de
Torrecremada está repleta de pintadas y muestra un deterioro evidente. La casa
de la Duquesa de Valero de Palma, en pleno centro histórico, está cerrada y sin
uso. Villa Cándida, una mansión del siglo XIX situada en las afueras de la
ciudad es una ruina. Otro inmueble histórico que se cae a trozos es el
sanatorio republicano de Dénia. Construido a principios del siglo XX, ahora es
una ruina situada junto al nuevo hospital comarcal. Se ha salvado de la
demolición porque está catalogado y porque los vecinos recogieron firmas e
hicieron fuerza para que, al menos, se dejara en pie.
La
Costera/La Canal/La Vall d´Albaida
Se agrava el deterioro del convento de
Santa Clara de Xàtiva. En Xàtiva, la adquisición del convento de Santa Clara
para su conversión en un hotel de lujo no ha sido garantía de recuperación de
un edificio histórico. Al contrario. La promotora que lo compró por dos
millones se está pensando mucho dar el paso y mientras tanto, el inmueble se
deteriora. Hace apenas unas semanas este diario informó de que la espadaña está
muy erosionada e incluso ha brotado una higuera en su estructura que la está
agrietando.
El convento es BIC desde 2002 y
precisamente un año antes de ello ocupó las portadas de los periódicos por su
desprotección. Debido al envejecimiento de las religiosas que quedaban en el
templo y sumado a la falta de vocaciones, la comunidad estaba en peligro de
extinción en Xàtiva. Entonces la orden decidió trasladar a las pocas monjas que
quedaban al vecino convento de las clarisas de Canals. Pero no se fueron solas:
se llevaron el patrimonio mueble de su interior: cuadros, piezas de orfebrería,
imaginería... El ayuntamiento asegura que cuando el hotel esté en marcha la
iglesia del convento quedará al margen de la instalación hotelera para que en
ella se cree un museo y las piezas retornen. Cada año que pasa esa opción
resulta más inverosímil.
Levante-emv
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