El claustro románico que se halla en
una finca privada de Palamós –y cuyo origen sitúa un estudio reciente en la
Catedral Vieja de Salamanca– sufre problemas de conservación y está acusando el
deterioro de algunos capiteles desmontados que se mantienen a ras de suelo
amenazados por humedades. La asociación nacional Amigos del Románico da la voz
de alarma y exige a la Generalitat de Cataluña que un equipo de especialistas
pueda acceder al claustro toda vez que se ha conocido un nuevo informe del
profesor de Historia del Arte Medieval de la Universidad de Gerona, Gerardo
Boto, que sitúa en la Catedral Vieja de Salamanca la procedencia del conjunto.
Desde la Generalitat se daba por
zanjado el asunto tras el informe de una comisión de técnicos que en julio del
año pasado dictaminó que las galerías de estilo románico de la finca de Mas del
Vent no son más que un falso histórico, aunque con elementos originales del
siglo XII.
Juan Antonio Olañeta, presidente de
Amigos del Románico, cuestiona las conclusiones del informe oficial y no
entiende la «cerrazón» de las autoridades catalanas de dar el tema por zanjado,
máxime cuando el trabajo de Gerardo Boto incorpora documentos del Cabildo de
Salamanca que apuntan a que el claustro se desmontó en el siglo XVII y coincide
con el de Palamós. «Eso demuestra que lo que hay que hacer es estudiar, pues a
los numerosos y sólidos argumentos de carácter iconográfico, de lógica
económica (no es razonable que en una falsificación se tallen tan profusamente
zonas ocultas de los capiteles), de estudio de materiales, de presencia de
líquenes y pátinas, etc. se suma ahora el estudio de Gerardo Boto. La
objetividad de todas estas pruebas e indicios ponen claramente en cuestión las
subjetivas especulaciones del informe de la Generalitat. Hay mucho prejuicio
tras ese informe», sostiene.
Amigos del Románico es un colectivo de
implantación nacional con un millar de socios y con sede en Madrid que aglutina
a estudiosos y aficionados a este tipo de patrimonio artístico. Su presidente
expresa su preocupación por el estado de conservación de las piezas desmontadas
en la finca de Mas del Vent, «donde las humedades los están dañando, hay piezas
sueltas dispersas por el jardín».
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Desde este colectivo se considera que
el estudio de Gerardo Boto pone en cuestión con conclusiones «muy tajantes» el
estudio que encargó la Generalitat catalana, elaborado «con argumentos muy
débiles», por lo que propone tomar en consideración los nuevos hallazgos que
vinculan con Salamanca el conjunto de Palamós.
Juan Antonio Olañeta insiste en que, a
la luz de las nuevas revelaciones incluidas en el estudio del profesor de la
Universidad de Gerona, se impone «la necesidad de estudiar a fondo el origen
del claustro para conocer su magnitud». Lamenta también la actitud de los
administradores de la finca de Palamós. «Les pedimos que permitieran el acceso
al profesor Gerardo Boto y no hemos recibido respuesta alguna, lo que nos
parece un hecho denunciable».
En la dirección de Patrimonio de la
Junta de Castilla y León se sigue con interés la repercusión que pueda tener el
reciente informe de Gerardo Boto. Su responsable, Enrique Sáiz, estima que «si
existen elementos nuevos y hay una postura de arqueólogos o historiadores que
acrediten que el conjunto podría proceder de algún lugar de Castilla y León
estaríamos encantados; ahora bien respetamos las comisiones que se
constituyeron en su día para abordar este tema, y la Generalitat de Cataluña
dio el tema por cerrado a través de un informe de los técnicos; hay que
desdramatizar y desapasionar este debate para que sea efectivo». Sáiz asegura
que su departamento se pondrá en contacto con Boto «para que nos haga llegar la
investigación que presentó en el congreso de Lisboa y la estudiaremos
contrastándola con otros informes técnicos».
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