La asociación de vecinos del Carmen
criticó ayer el riesgo de derrumbe de edificios de la Generalitat en el barrio.
El presidente de la entidad vecinal, Miguel Wiergo, citó como ejemplo el
inmueble situado en la calle Pintor Fillol, a espaldas de la plaza Santa Cruz,
donde una buhardilla situada sobre la cubierta amenaza con venirse abajo.
En el edificio colindante, el
Instituto Valenciano de la Vivienda ha retomado la rehabilitación de las
viviendas, después de varios meses de paralización por falta de crédito. Wiergo
aseguró que alertará al Ayuntamiento para el saneado del edificio, con la
fachada cubierta con redes desde hace tiempo.
Justo enfrente, una contrata ha
iniciado la limpieza de un solar donde se situaba un finca que sufrió un
derrumbe parcial hace años, también propiedad de la Generalitat. En una primera
instancia, los técnicos consideraron salvar la fachada colocando un andamio que
taponó la calle al tráfico, aunque finalmente no hubo otra alternativa que
tirar toda la finca.
Wiergo propuso que todas las
propiedades de la Generalitat «salgan al mercado, se vendan, para frenar su
degradación». A juicio del dirigente vecinal, hay un montón de solares y fincas
en el barrio que «podrían interesar al sector privado si salen a buen precio;
como la Administración no hace nada, los edificios se están arruinando».
De momento, la única actuación se ciñe
a obras de urbanización en el entorno de la muralla islámica, aunque todavía
están por concretar los plazos de varios equipamientos públicos, previstos para
revitalizar esta zona del centro histórico, aislada de los proyectos de mejora
ejecutados en los últimos años, como la reforma de las calles Serranos,
Caballeros y la plaza del Tossal, por citar algunos ejemplos.
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