La chapuza «restauradora»
del Ecce Homo de Borja es una nimiedad comparada con la larga lista
de fiascos que han dañado el patrimonio histórico-artístico de Aragón. Así lo
ha destacado la Asociación para la Defensa del Patrimonio Aragonés
(Apudepa), que ha elaborado su particular «lista negra» de desatinos que
han dado al traste con edificios o restos de especial valor artístico durante
los últimos años, un documento que, según han anunciado, colgarán en la página
web para que todo el mundo conozca al detalle los casos.
Han asegurado que lo ocurrido con el
Ecce Homo de Borja es una anécdota en comparación con la larga lista de fiascos
que se acumulan en Aragón en bienes culturales, en unas ocasiones con
consentimiento de las administraciones públicas, en otras por iniciativa de
ellas y en otras por silencio u omisión.
El presidente de Apudepa, Carlos
Bitrián, ha afirmado que entre las «joyas de la corona» de estas chapuzas se
encuentran la pérdida y olvido del Teatro Fleta de Zaragoza, que no ha
llegado a reconstruirse; lo ocurrido con el Molino de San Pedro de Albarracín (Teruel)
y los graves daños sufridos por el yacimiento neolítico de la Cueva de
Chaves, en Bastarás (Huesca).
El documento elaborado por
Apudepa recoge treinta ejemplos, pero Bitrián ha matizado que hay muchos
más y que éstos se incluyen por ser especialmente representativos y a modo de
ejemplo, ya que la cifra de conjunto sería «innumerable».
Por localidades, esta asociaciación ha
incluido a Calatayud entre las que concentran más desatinos en
materia de patrimonio, por el deterioro y pérdida progresiva de elementos de su
Casco Antiguo, y en particular ha puesto como ejemplo la Plaza del
Mercado, y por la desaparición de restos arquitectónicos de valor como
la puerta de sillares almohadillados, que se conservaba de un antiguo
palacio en la Rúa de Dato, que se permitió desmontar hace más de tres años y
que no ha vuelto a ser recompuesta.
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De Calatayud también citan como fiasco
de calibre el primer torreón que se restauró en elCastillo de Ayud, pieza
central del que se considera como el conjunto fortificado islámico más antiguo
que se conserva en la Península Ibérica y que fue rehabilitado con fondos del
Gobierno aragonés sin respetar su estética original, según ha destacado
Apudepa.
En situación similar citan también la
reconstrucción de los castillos de Ateca (siglo X) y del
Compromiso de Caspe, la Torre del Castillo de los Duques de Híjar o
el Palacio de Villahermosa de Huesca.
También incluyen en su «lista negra»
las actuaciones realizadas en el Molino de San Pedro de
Albarracín (Teruel) o en el Balneario de Panticosa.
Para Bitrián, una de las
intervenciones «más sorprendente» es la efectuada en la ermita de San Juan
Bautista de Maltray, del siglo XII, en la localidad zaragozana de Ruesta e
incluida en el Camino de Santiago, cuya restauración ha consistido en la
destrucción parcial del inmueble.
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