Si prosperan las pretensiones
municipales, este año podría estar en vigor la ordenanza de Inspección Técnica
de Edificaciones (ITE, un documento que elabora el Concello desde hace meses y
que obligará a revisar en profundidad todas las condiciones de seguridad de los
edificios con más de 50 años. Una vez que esté en funcionamiento esta norma,
que se espera que sea a lo largo de 2013, estarán sometidos a este análisis
todos los inmuebles construidos antes de 1964 en el municipio, una antigüedad
que ya alcanza a más de un tercio de todos los edificios residenciales,
alrededor de 4.500, según el reciente censo de viviendas dado a conocer por el
Instituto Nacional de Estadística.
Este balance revela que en el
municipio hay 11.673 edificios dedicada principal o exclusivamente a viviendas,
lo que excluye otros usos y de ellos, la inmensa mayoría (más de 4.400) son
unifamiliares. De hecho, con 40 viviendas o más apenas hay 59 edificios en toda
la ciudad.
De esos 11.673 un 9% (1.077) fueron
construidos en el siglo XIX o antes, mientras que otros 617 corresponden al
periodo de 1900 a 1920. En los veinte años siguientes, hasta 1940 hay 682
edificios más y desde ese año hasta 1970 se suman otros 3.311. Por su parte,
los bloques residenciales y hogares unifamiliares construidos en las dos
últimas décadas (desde 1991) son más de 2.830, casi el 25% de todo el parque
residencial.
En conjunto, anteriores a 1964 se
calcula que hay 4.500 edificios (el 38% del total) únicamente destinados a uso
residencial, al margen de los empleados en otras funciones. Todos ellos son los
que deberán superar, una vez que entre en vigor la ordenanza, una exhaustiva
inspección de todas sus condiciones de seguridad que incluye los sistemas
eléctricos, cubiertas, cimentaciones, fachadas, instalaciones de agua y demás
elementos que inciden en el buen estado de los inmuebles. Así se detalla en el
borrador de la ordenanza de Inspección Técnica de Edificaciones (ITE) que
ultima el concejal de Urbanismo, Antón Louro, y que fue presentado en su día al
Colegio de Arquitectos (COAG).
El gobierno local trabaja desde hace
varios meses en los detalles de esta ordenanza y se ultima su redacción final,
a la espera de concretar con detalle uno de los aspectos clave: la
"edad" de los inmuebles que deben ser sometidos a esta inspección. No
obstante, el medio siglo se perfila como la antigüedad final. Cada vez que un
edificio cumpla 50 años sus propietarios deberán contratar un equipo técnico
que analice todos esos aspectos de seguridad y emitir un certificado que
determine el estado real de la edificación y, de ser el caso, establezca qué
mejoras precisa. Esta inspección tendrá que renovarse, además, cada 15 años.
Este plazo de 50 años es el tope que fija la ley y se ha descartado en el
Concello, por el momento, reducirlo a un periodo más corto.
Solo en el centro histórico hay un
censo de unos 700 edificios, por lo que se aguarda una avalancha de inspecciones
nada mas esté en funcionamiento la nueva norma, por lo que se plantea la
creación de una página web que facilite la tramitación telemática y agilice el
proceso. Esta plataforma por internet permitiría "la estandarización de
todo tipo de formularios y un intercambio inmediato de la documentación entre
el concello y los colegios profesionales, lo que se traducirá en una reducción
de la carga administrativa", según informó en su día el concello. La
experiencia en otras ciudades donde existe esta ordenanza demuestra que la
tramitación tradicional ha provocado en algunos casos retrasos de hasta cuatro
años en las primeras inspecciones.
Esta futura normativa completará la
ordenanza que desde hace década y media existe en Pontevedra, pero que se limita
a exigir la inspección de determinadas fachadas, en especial aquellas
recubiertas de losetas o de aplacados de piedra.
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