El sector de la construcción se ha
visto sensiblemente mermado y muy afectado en los últimos años. Tanto que su actividad
más importante, y prácticamente la única, consiste en la rehabilitación y
reforma de edificios, tanto de viviendas como de locales, establecimientos,
naves o almacenes. Los datos de licencias de obras se mantienen y presentan la
misma tendencia desde el año 2010. En esa fecha fue el primer dato positivo
tras una considerable caída en este sector desde 2005 y con ello se logró
romper con la tendencia negativa.
A este respecto, el concejal de
Infraestructuras y Urbanismo, Vicente Granero, se muestra satisfecho con los
datos de licencias de obra de los últimos tres años y lo que va de este 2013.
En este sentido, en 2010 se realizaron 158 obras de rehabilitación de
edificios, en 2011 fueron 135 y en 2012 subieron a 148. Asimismo en el primer
trimestre del año se han concedido 31 licencias de obra.
En las licencias de 2012 referentes a
obras mayores, a pesar de que disminuyó el número total respecto al año
anterior, se realizaron casi el mismo número de trabajos en edificios, lo que
significa que se mantuvo casi el mismo número de reformas. Aunque el porcentaje
total de las licencias haya aumentado todavía no se han realizado todas las
obras a las que se le ha dado licencia.
El presidente de la Asociación Técnico
Empresarial de la Construcción (Ateco), José Quiles Soler, se refiere a estas
tareas de reformas y rehabilitación como «un aliciente» para las empresas del
sector, pero que «no sirven para dar trabajo». Los últimos datos revelan que
alrededor de un 12% de las licencias de obra son para rehabilitación y reforma,
una cifra «muy baja», como considera Quiles. Recuerda la situación por la que
atraviesa este sector, y la que viven los ciudadanos, que muchas veces no se
pueden permitir una reforma de obra mayor en sus viviendas o comunidades.
Y es que en la rehabilitación existen
dos tipologías, la obra mayor y la menor. La primera se refiere a trabajos en
estructuras, que conlleve tocar vigas o pilares. Luego están las menores, que
son de todo tipo y que no afectan a la estructura del inmueble.
Obras menores
En este sentido, Quiles señaló que la
actividad que últimamente desarrollan las empresas constructoras de la ciudad,
«las cincuenta que quedaremos», se dedican a la obra menor, trabajos que no
revierten lo suficiente en la economía de la constructora, ya que muchas de las
intervenciones corresponden, por ejemplo, al cambio de una bañera por un plato
de ducha, unos trabajos que no reportan apenas beneficios.
Tras el 'boom' inmobiliario este
sector se encuentra paralizado, aunque como cuenta Quiles, ya se empieza a
notar que se levantan los ánimos y se estudian pequeños proyectos. Y es que,
como explicó, quedan muchos edificios construidos y sin vender, pero son los
caros. «Las viviendas unifamiliares desde 100.000 a 200.000 euros están todas
vendidas y es lo que demanda la gente. Todo lo que queda sin vender, son fincas
en la playa que estaban destinadas a extranjeros y viviendas que ahora resultan
demasiado caras».
Aseguró que hay ánimo de emprender
proyectos por parte del sector, pero que el problema ahora son los bancos. «La
banca es la gran inmobiliaria del país, no dan préstamos porque primero quieren
liquidar su 'stock' de viviendas», aseguró.
En cuanto a la reforma de edificios, y
en la misma línea de intentar impulsar la vivienda, recientemente el Consejo de
Ministros aprobó el Plan Estatal de Vivienda 2013-2016, consistente en el
fomento del alquiler y la rehabilitación de viviendas. Subvenciones tanto para
el alquiler como para la rehabilitación, regeneración y renovación urbana, unas
ayudas que aliviarán a muchos propietarios que se puedan ver en la situación de
no ser capaces de asumir unas obras. El presidente de Ateco espera noticias de
cómo se va a aplicar y a quién va a afectar esta nueva normativa estatal, que
considera «beneficiosa para los ciudadanos y para las empresas del sector».
Aunque según el edil, la
predisposición de la gente a arreglar los desperfectos en sus viviendas es muy
buena, «los propietarios son conscientes de que tienen que reformar, y lo
hacen», señaló. Y es que los desperfectos en fachadas por ejemplo, pueden
causar daños a los viandantes si se producen desprendimientos a la calle.
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