DECRETO
76/2013, de 14 de mayo, por el que se declara el yacimiento arqueológico de
Nertóbriga, en el término municipal de Fregenal de la Sierra (Badajoz) como
Bien de Interés Cultural, con categoría de Zona Arqueológica
DOE
nº 96, 21 de mayo de 2013.
Descripción
del yacimiento y estructuras conservadas.
Aunque con dificultades de
identificación, todo apunta a que la primera ocupación del lugar se remonta a
tiempos prerromanos. La existencia de una población asentada sobre el Cerro del
Coto anterior a la llegada de los romanos ha sido siempre deducida del mismo
nombre de la ciudad, compuesto de dos términos de clara ascendencia céltica:
“nerto”, con el significado de “fuerte”, y “briga”, sustantivo equivalente al
“burg” germánico: “burgo” o “ciudad”, y “ber-berg”, irlandés y galés, de
traducción “alto” y, por extensión, “ciudad en alto”, sentido comprobado
ampliamente en la Península Ibérica, donde los sufijos en -briga son abundantes
en nombres de ciudades prerromanas de la Hispania indoeuropea, delimitando la
zona que en la filología demuestra, con claridad, el uso de lenguas célticas y
precélticas.
Nertobriga aparece citada en las
fuentes clásicas, griegas y latinas, como una población de la Baeturia Céltica,
comarca lusitana en el suroeste extremeño, limítrofe con el mundo turdetano y
posteriormente incorporada por Roma a su provincia Bética. Nertobriga se
hallaba enclavada, pues, en la imprecisa comarca llamada Baeturia, dividida en
dos partes en virtud de otras tantas gentes que la habitaban. Plinio nos
informa de la presencia de celtici, oriundos
de los celtiberi, pero en la ciudad
pocos son los vestigios procedentes de este periodo que se conservan. La
implantación romana borraría sus huellas y señas de identidad. Monsalud y Mélida
hablan de una citania en la parte más prominente de la ciudad, en la cima del
cerro, aunque no hay nada seguro, sobre todo después de que los sondeos
efectuados no aclarasen nada al respecto.
Algunos textos clásicos se hacen eco
de la existencia de Nertobriga, aunque las referencias a la misma son parcas en
cuanto a las descripciones. Ptolomeo se limita a proporcionarnos su situación
geográfica. De mayor interés son las noticias facilitadas por Polibio, quien
menciona la ciudad a propósito de su toma por las tropas romanas al mando del
pretor Marcelo. El Marcelo al que se refieren las fuentes no puede ser otro que
M. Claudius Marcellus. Por Apiano sabemos de su estancia, a poco de haber sido
elegido cónsul por tercera vez. Después de entablar negociaciones con los
celtíberos que nunca fueron aceptadas por el senado, acampó en Lusitania y,
según se dice, tomó Nertobriga, en su camino hacia Corduba para pasar el
invierno. Otro texto que aporta información valiosa para el conocimiento de
este antigua ciudad, nos lo proporciona Plinio, que nos informa de los
cognomina que se le adicionaron (Concordia Iulia) confirmados epigráficamente,
y de su inclusión, dentro de la organización administrativa, en los conventos
hispalenses.
Nertobriga alcanzó el estatus jurídico
de municipium, lo que se llevó a efecto bajo la férula de César. El grueso de
las entidades de población que acompañan a Nertobriga en el pasaje pliniano
recibirá la organización romana en época Flavia. La población de Nertobriga fue
adscrita a la tribu Galeria, y así se hace constar cumplidamente en parte de la
documentación epigráfica conservada.
Sobre el cerro amesetado, de extensión
cercana a las cinco hectáreas, debió de asentarse un importante castro
amurallado, cuyas defensas serían sustituidas por las de época romana que se
observan en la actualidad en un envidiable estado de conservación. El
desarrollo urbanístico de época romana pudo arrasar (aunque en tanto no se
realicen excavaciones pertinentes que lo determinen no sabemos en qué medida)
los vestigios anteriores. Los sondeos ealizados
no revelan restos arquitectónicos prerromanos, y sólo la aparición de fragmentos
cerámicos extramuros, al pie de la muralla, en la zona más elevada del cerro y
en el relleno de otro de los cortes arqueológicos practicados, permite
atestiguar de manera fehaciente la existencia de ocupación prerromana en el
yacimiento.
Por el contrario, las huellas de la
ocupación romana son de lo más expresivas y revelan, bien a las claras, el
potencial que el yacimiento atesora. No son ya las relevantes piezas
descubiertas en las excavaciones arqueológicas de finales del siglo XIX, sino
las propias evidencias arquitectónicas que afloran, las que nos muestran los
vestigios de uno de los municipios romanos más importantes y mejor preservados
de la Comunidad Autónoma de Extremadura.
En efecto, un examen de los restos que
emergen permiten hacernos una idea de la importancia intrínseca del yacimiento:
monumentales defensas con lienzos de murallas, abundantes restos de cisternas y
otros depósitos de agua diseminados por el recinto, evidencias de grandes
edificios públicos y de carácter cultual, etc. En definitiva, todas una batería
de dependencias necesarias para el normal desarrollo de la vida en este
municipio romano de la
Bética.
De igual modo, las últimas campañas de
excavaciones llevadas a cabo en distintas áreas de la ciudad confirman la
dilatada secuencia de ocupación del sitio, prolongándose hasta bien entrada la
Edad Media. La maqbara (necrópolis islámica) parcialmente excavada en una de
las laderas del cerro, ofrece un testimonio innegable del paso de poblaciones
islámicas por la an tigua Nertobriga. A falta de que nuevas actuaciones pongan
de manifiesto nuevos datos que permitan esclarecer de manera definitiva la
secuencia ocupacional del yacimiento arqueológico, la última presencia estable
de una comunidad sobre el Cerro del Coto se fecha en el Siglo XII, correspondiéndose
con la ocupación almohade, que a la postre fue conquistada por los caballeros
de la Orden del Temple. Solo una ermita cristiana, dedicada a San Frutos,
quedará aislada y con culto hasta mediados del siglo XVII.
De estas últimas intervenciones son de
destacar, por su monumentalidad y trascendencia arqueológica, los hallazgos
relacionados con los restos de un gran edificio dotado de un podio de más de
tres metros de altura que sostenía dos templos gemelos de modulación canónica.
El conjunto templar se completa con
los restos de una posible piscina lustral subterránea que se ubica frente a su
fachada principal, por debajo de las escaleras de acceso. Ambos templos presidían
un área abierta lujosamente pavimentada con grandes losas de mármol que hay que
poner en relación con el Foro municipal. Esta gran actividad constructiva y
urbanizadora se fecha alrededor de finales del siglo I a C.
Fuente
texto
Noticia
sobre la declaración como BIC
El Gobierno de Extremadura ha aprobado
la declaración del yacimiento
arqueológico de Nertóbriga,
en el término municipal de Fregenal de la Sierra (Badajoz), como Bien de Interés Cultural con categoría de
Zona Arqueológica.
Aunque con dificultades de identificación, la primera ocupación del lugar se remonta a tiempos prerromanos, deducida del mismo nombre de la ciudad. Nertóbriga aparece citada en las fuentes clásicas, griegas y latinas, como una población de la Baeturia Céltica, comarca lusitana limítrofe con el mundo turdetano y posteriormente incorporada por Roma a la provincia Bética.
En la época de César, Nertóbriga alcanzó el estatus jurídico de municipio y sobre la meseta del cerro se asentó un importante castro amurallado de cinco hectáreas de extensión, cuyas defensas serían sustituidas por las de época romana que se observan en la actualidad en un excelente estado de conservación, explica el Ejecutivo autonómico.
Las huellas de la ocupación romana revelan el potencial que el yacimiento atesora, basado en monumentales defensas con lienzos de murallas, abundantes restos de cisternas y otros depósitos, evidencias de grandes edificios públicos y de culto, así como otras dependencias de la vida cotidiana.
De las últimas intervenciones destacan, por su monumentalidad y trascendencia arqueológica, los hallazgos relacionados con los restos de un gran edificio dotado de un podio de más de tres metros de altura, que sostenía dos templos gemelos de finales del siglo I a C.
En las últimas campañas de excavaciones se confirma la dilatada secuencia de ocupación del sitio hasta bien entrada la Edad Media, como la necrópolis islámica parcialmente excavada en una de las laderas del cerro, y parece probable que la última presencia estable de Nertóbriga, en el siglo XII, se corresponde con la ocupación almohade, conquistada por los caballeros de la Orden del Temple.
La importancia histórica del emplazamiento romano, tal y como han transmitido las fuentes clásicas, tiene relación con los vestigios arqueológicos que se conservan en instituciones museísticas extremeñas y del resto del país, e incluso en el extranjero, que son documentos de primer orden para el estudio de las distintas facetas de la cultura antigua, desde tiempos prerromanos hasta la época Moderna.
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