Al equipo de gobierno le fue imposible
conseguir un aliado en la aprobación del Catálogo de Bienes y Espacios Protegidos
que fue aprobado el pasado miércoles 11 de septiembre en la última sesión plenaria.
El caso es que lo intentó pero ningún grupo de la oposición quiso sumarse al
proyecto diseñado e iniciado por el equipo de gobierno. La incorporación de un
grupo de alegaciones con peso al borrador formuladas por EU y PSOE no sirvió para
ablandar sus combativos corazones en un momento poco propicio para las concesiones
políticas.
Este
catálogo se trata del primer documento de relevancia en la elaboración del
nuevo Plan General de Ordenación Urbana, que incluye 41 fichas entre las que
destaca la protección de siete edificios considerados Bien de Relevancia Local,
tres yacimientos arqueológicos y 30 bienes inmuebles de diferentes tipologías,
incluidos siete edificios de la Universidad y cinco municipales.
El
concejal de Arquitectura y Urbanismo, Antonio Carbonell, fue el encargado de
defender el proyecto. El edil subrayó durante su intervención que “se han
aceptado partes de todos los bloques de alegaciones de EU y hasta el
60% de las presentadas por el PSOE, por
lo que no se entendía que votaran en contra del documento cuando muchas de
estas no cumplían los requisitos técnicos para estar catalogadas y se ha tenido
que hacer un esfuerzo para incluirlas”
Ni
por esas. La concejal portavoz de EU, Mariló Jordà, dejó claro que a este catálogo
le falta una pata para sostenerse con equilibrio y que sin ella era imposible
dar su visto bueno. EU defendió la necesidad de incluir en el documento, y no
se ha hecho, todos aquellos elementos que pueden considerarse vestigios de la
historia social y económica de la localidad, elementos que representan al San Vicente
del Raspeig rural, agrícola y ganadero del pasado y que según la edil han sido
obviados. Citó el derribo de la finca de la Fernandina, una rehabilitación del
caserón Haygón que no ha respetado al original o darle una solución a la
problemática de la Cañada Real, siendo EU uno de los principales valedores en
la lucha por su conservación.
Rufino
Selva, edil portavoz del PSOE, tampoco se 'casó' con el PP y se acogió al hecho
de que este catálogo ha sido diseñado y dirigido por el equipo de gobierno
desde el principio y que nunca ha tenido la intención de elaborar un documento
participativo ni consensuado.
Selva
dijo añadir al borrador alegaciones es una acción realizada "porque no les
quedaba más remedio". El edil socialista echó en falta, además, que no se incluyera dentro del
borrador del catálogo al centro social situado en Santa Isabel, "el PP ha
demostrado una falta de sensibilidad con los vecinos de este barrio", al tiempo que
calificó el documento como un proyecto "con claros tintes políticos".
El
punto se centró durante un momento en el debate sobre la inclusión o no de la
protección patrimonial de la Cañada Real, propuesta por EU. Carbonell explicó que es una decisión difícil de
tomar con la ley vigente porque implicaría que pasara a dominio público 75
metros a ambos lados de la misma, edificios y todo, con el consiguiente perjuicio
que ocasionaría a los propietarios.
La
alcaldesa advirtió que este itinerario atraviesa el Campus de la Universidad y llega
al puerto de Alicante, no sólo discurre por la zona norte del municipio, al tiempo que recordó que esta
propuesta ya fue descartada por una corporación anterior por la implicación que
tenía sobre las propiedades y edificios ya autorizados por el propio
Ayuntamiento. No obstante, Pastor se mostró partidaria de evitar que se vuelvan
a autorizar actuaciones que afecten a la Cañada Real que todavía se conserva.
Lo
cierto es que el Catálogo de Bienes y Espacios Protegidos, redactado por el arquitecto
Marius Beviá y supervisado por el arquitecto municipal José María Chofre,
incluye 41 fichas, entre las que destacan siete Bienes de Relevancia Local como
la iglesia de San Vicente Ferrer, la Almazara, el núcleo histórico tradicional,
la ermita de Nuestra Señora del Carmen, la casa blanca del Pla Olivera, la
venta Xirau o el panel cerámico de San Vicente Ferrer del camí de la Sendera.
También se incluyen tres yacimientos arqueológicos como son los del templo de
San Vicente Ferrer, la Lloma de la Panxeta y Xirau al norte del municipio.
Además contempla 30 bienes inmuebles
por diferentes tipologías como sistema de riego y acueducto del Carraixalet,
cinco fincas de recreo tradicionales (Los Molinos, Haygón y las villas María,
Josefina y Pilar), la Casa Consistorial, estación y muelles del ferrocarril,
dos viviendas particulares en Pintor Picasso y calle Colón, el casino de la
Plaza de España, la parte antigua del cementerio, el conjunto de seis edificios
de la antigua Cementera, el refugio antiaéreo de la plaza Lillo Cánovas y calle
Echegaray, la torre de control del antiguo aeródromo, el edificio de la
estación transformadora de Iberdrola, del arquitecto Miguel López, y el
hospital Cardiovascular.
Además,
recoge un amplio abanico de edificios contemporáneos, cinco municipales como el
nuevo Ayuntamiento, la Casa de Cultura, la Biblioteca Municipal, las Viviendas Tuteladas,
el Jardín Vertical y siete edificios del campus universitario, entre otros.
Asimismo,
se ha propuesto redactar un inventario de manifestaciones antropológicas del
término municipal que recoja aquellas manifestaciones de la cultura material
que, por sus características, no han sido incorporadas al Catálogo pero que merecen
ser recogidas con toda su información antropológica por su valor histórico,
arqueológico o etnológico.
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