Artículo de Raquel Álvarez en Madrid
Actual
El Alcalde de Móstoles, Daniel Ortiz, ha visitado la Ermita de
Nuestra Señora de los Santos, declarada Bien de Interés Cultural Regional, donde han concluido las tareas
de restauración de los Portones, acometidos por Patrimonio de la Comunidad de Madrid.
Acompañado por la Concejal Adjunta de
Patrimonio, Paloma Tejero, la Concejal de Educación, Cultura y
Promoción Turística, Mirina Cortés, y el restaurador, Bernardo López, y la
Presidenta de la Hermandad de Nuestra Señora de los Santos, Amalia
García-Camba, el regidor ha recordado que, con un presupuesto de unos 50.000 euros, aportados íntegramente por
el Gobierno regional, los trabajos de reparación han terminado, como estaba
previsto, para que la Ermita pueda acoger los actos de las Fiestas de
Septiembre.
"La restauración ha puesto de
manifiesto el valor artístico y cultural de la Ermita, uno de los elementos
fundamentales de Móstoles como espacio de atracción turística", ha asegurado
Ortiz.
Según los expertos, ambos portones
tenían el mismo diagnóstico. Dentro de una solidez estructural aceptable, el
deterioro exterior era manifiesto, presentando venteaduras señaladas con
pérdidas de contorno y perfil debidos a la erosión y a un bajo mantenimiento de
hidratación y sellado frente al sol y el agua.
Para su restauración, en primer lugar
se ha realizado una tarea de
diagnóstico exhaustivo de daños estructurales y de consolidación de
los elementos, sus ensambles y articulaciones. Se han consolidado asimismo las
zonas pasmadas o faltas de consistencia y se han reconstruido los perfiles y
partes perdidas mediante piezas adecuadas de la propia madera o mediante resina
epoxi de restauración, respetando las huellas acaecidas por los años de uso y
la erosión del tiempo.
Completados los trabajos de
consolidación y restitución de las carpinterías se ha procedido a su reencolado. Finalizada la
reestructuración se ha hecho una limpieza
de las superficies y acabados.
Para los acabados para la madera, de
forma intensa, las superficies ha sido lijadas, decapadas y preparadas para
proceder a la aplicación del tratamiento de acabados. El objetivo ha sido
proveer a las carpinterías restauradas de una recuperación de su prestancia
original sin obviar el trabajo de la erosión temporal y además, debido a su
esfuerzo como elemento mecánico y de contención de elementos meteorológicos
hostiles, capacitar su superficie para una estabilidad estética y funcional que
no difiera de la textura y tonalidad que proveían los acabados originales
mediante aceites de linaza, tierras y ceras, salvando a su vez sus
inconvenientes de mantenimiento.
Imagen de la noticia |
Aproximación histórica
A raíz de la aparición en 1514 de la
talla de la Virgen María, según la leyenda o mito popular que narra su
descubrimiento en una cueva, se desarrolla una advocación que se documenta por
primera vez en1588 conociéndose ya como Nuestra Señora de los Santos.
Es en 1598 cuando ya se reconoce la
existencia de la ermita y deviene con posterioridad en la construcción del
santuario entre los años de 1602 y 1605. Erigida por iniciativa de la vecindad
con recursos económicos limitados y ayudas de sangre propias, se entiende que
la construcción fue en su arranque un oratorio de arquitectura básica y modesta
que no culminó su aspecto primero, a base de pequeñas adiciones y obras entre
1618 y 1628, hasta el periodo comprendido entre 1680 y 1688, por mediación del
maestro de obras escurialense Cristóbal Rodríguez de Jarama, a la sazón maestro
de obras del Sitio de San Lorenzo de El Escorial y artífice
de la Iglesia de Alpajés de Aranjuez y la Torre del Reloj deValdemoro.
Es en estas fechas en donde la Ermita
de Nuestra Señora de los Santos adquiere el acabado que se aprecia a día de hoy
y que se resuelve en estilo Jesuítico con reminiscencias Herrerianas y esbozos
barrocos.
En cuanto a la factura de la
carpintería que nos compete, los elementos objeto de este estudio se presentan
en la fachada principal en forma de portón enmarcado en un alfiz de ladrillo
con dintel a sardinel y cortavientos por una parte y por otra, en la fachada
del Evangelio, con portón enmarcado en paño liso con dintel asimismo adintelado
a sardinel y jambas resaltadas.
Dichas carpinterías se entienden
realizadas en la última fase de construcción del edificio. En un barroco ya
asentado por cuanto su diseño constructivo y formato son un ejemplo de la
transición que acontece en la carpintería del s. XV y XVI en donde el sistema
constructivo se resuelve mediante estructura de cuadrado con tablazón a una o a
dos caras, de postizo o almohadillado y fijado con clavazón pasante remachado,
que se adorna, según la prestancia y suntuosidad de la pieza, con cabezas de
fundición de hierro o bronce de diversos diseños, ya sea en estrella, convexas
circulares o cuadradas piramidales y otras.
Resuelto este modelo, ya en el s. XVII
la carpintería se complica en factura y adquiere un sistema constructivo que
profundiza en el oficio apareciendo de una forma dominante la técnica de la
piecería emboquillada con tablero moldado engargolado.
Es una carpintería de relieve vistoso,
rotunda y fuerte que juega con el diseño lineal y geométrico del piecerío
estructural visto y adornado con molduraciones. Este paso es fundamental por
cuanto la evolución posterior hacia modelos de carpintería más evolucionados se
traduce en una reinterpretación del mismo sistema constructivo en donde la
significación se denota en un adelgazamiento de los perfiles, tornándose más
delicados y sutiles, con formas redondeadas en los tableros insertos,
adaptándose al nuevo estilo neoclásico, pero conservando esencialmente el mismo
concepto estructural que continuará evolucionando de igual forma en el s. XIX
hasta la aparición de la mecanización en los albores del s. XX
Todas estas apreciaciones son
constatables con especial relevancia en las carpinterías que alberga la Ermita
de Nuestra Señora de los Santos. Su diseño y factura son muestras de primer
orden comparables a ejemplos de gran relevancia en esta época como son
los Portones que aparecen de la Catedral de Santa María Magdalena de Getafe,
Palacio deNuevo Baztán, Parroquia de San Ginés, Cuartel
de Conde Duque, elementos contemporáneos del Palacio de Aranjuez, Convento de
las Dominicas de Loeches, Iglesia de la Concepción Real de Calatrava, elementos
contemporáneos del Monasterio del Paular, y otros que siendo comparables en
tiempo y forma, no se resuelven con la calidad de factura y diseño como los
elementos que nos ocupan de la "Ermita"en otras tantas iglesias,
conventos, o monasterios etc., como puedan ser la Iglesia de San Pedro
Advíncula deRedueña o San Nicolás de Bari y San Sebastián de Villaconejos por
poner ejemplos más distantes en la Comunidad de Madrid.
Pueden ser más los ejemplos, pues los
hay y es oportuno constatar que éstos referidos anteriormente son unos pocos,
entre otros muchos, en los que afortunadamente aun podemos encontrar elementos
de carpintería sumamente elevantes y originales de época.
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