Han sacado las pancartas a sus balcones y piensan reivindicar unas mejoras que llevan luchando seis años, cuando la Junta a través de la Consejería de Obras Públicas se comprometió a realizarlas. Los vecinos de Los Arcos, en Ciudad Jardín, no han perdido la esperanza de ver rehabilitados sus edificios y fachadas, un total de 224 viviendas en 44 comunidades. «La Junta nos prometió once millones de euros para arreglar el barrio y nunca vimos un duro. Con menos de la mitad se podía hacer transformado la zona pero se han reído de nosotros desde un principio», afirma Ángel Soler, tras asegurar que los vecinos jamás hablaron de dinero, «solo pedimos que arreglaran las casas».
El ex presidente de la asociación Los Arcos dice estar desencantado con las obras de recuperación de los pisos, que construidos a mediados de los años 50 tienen «graves problemas de conservación, como humedades, deterioro de la red de saneamiento y ratas», resaltan los residentes, en su mayoría mayores sin capacidad económica para asumir gastos extra.
«Nos han mareado todos estos años, cuando el barrio pudo mejorarse con una subvención que nos ofreció en 2006 el Instituto Municipal de la Vivienda (el 50 por ciento de las obras), el resto lo pagaba la Junta. Al final, la administración autonómica propuso el arreglo del 95 por ciento de los trabajos, como en otras tantas barriadas, y los vecinos optamos por esa opción», lamenta Soler.
Desde entonces recuerdan el proceso como una odisea, una ilusión que ahora ven cuanto menos utópica. La actual presidenta vecinal, Lola Guillot, explica que el barrio solo ha sido reformado una vez en los años 80 cuando muchos vecinos pudieron acceder a la propiedad. «Ha llovido mucho y las tuberías de zonas comunes están de pena. Se atoran, hay malos olores, ratas y cucarachas. Por muy bien que estén los pisos por dentro estas deficiencias acaban afectando a las viviendas», recalca la portavoz.
Guillot lamenta que «de haber sabido lo que pasaría después hubiéramos aceptado la ayuda inicial de Ayuntamiento y Junta, «pero al tratarse de 900 personas, en su gran mayoría pensionistas, elegimos la Junta, como es lógico, que valoró las obras, hizo estudios y sacó a licitación el proyecto. «Todo ese dinero se ha perdido entendemos, al darnos la callada por respuesta al preguntar por nuestro caso», declara.
Pisos bajos y tejados
Una de las vecinas con problemas en su inmueble, Eugenia Sánchez, señala que antes el saneamiento horizontal no iba en tubos sino que transcurrían por carriles de ladrillos que se han ido rompiendo con los años. «Esto afectaba mucho a los pisos bajos, por no hablar de las cubiertas de los edificios donde se cala en agua», indica Sánchez. Los residentes afirman que las familias que han podido costear algunas mejoras lo han hecho, «pero son parches a la espera de una rehabilitación más que necesaria».
Los representantes de Los Arcos recuerdan el compromiso del Gobierno andaluz mientras muestran el escrito de Obras Públicas donde el entonces consejero Luis García daba luz verde a la rehabilitación donde reza que los trabajos «permitirían mejorar las condiciones de habitabilidad del barrio, favoreciendo la inserción social y laboral de la población y reactivando la zona para posibilitar la llegada de nueva población, especialmente jóvenes». Los Arcos siguen esperando.
Diario Sur
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