El Consejo de Gobierno ha acordado este martes inscribir en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, con la tipología de Conjunto Histórico, el casco antiguo de Iznatoraf (Jaén). Esta población de la comarca de Las Villas, situada sobre una meseta a más de 1.000 metros de altitud, destaca por su singularidad paisajística, la heterogeneidad de su trazado y una variedad de edificaciones que combina viviendas de tipología popular con algunas casas solariegas.
La zona delimitada, de 10,03 hectáreas de superficie, incluye tanto el núcleo original de época islámica como los sucesivos crecimientos hasta el siglo XIX. La trama urbana conserva los rasgos de la antigua medina árabe en su recinto intramuros, así como un arrabal histórico de calles estrechas.
Los orígenes de Iznatoraf están marcados por su emplazamiento estratégico, que permite el control visual de los valles del Guadalquivir y del Guadalimar, así como de las rutas hacia las áreas mineras de Sierra Morena. Las primeras evidencias de ocupación, en el extremo norte del núcleo actual, se remontan a la Edad del Bronce (II milenio a.C.).
El enclave, que también ofrece vestigios de la cultura ibera desde el siglo VI a.C., funcionó en época iberorromana como un 'oppidum' -asentamiento fortificado- para convertirse después en poblado militar visigodo.
Durante el periodo islámico, Iznatoraf aumentó su valor estratégico y se expandió hacia el sur de la planicie, lo que conllevó su configuración como una fortificación en altura o 'hisn' (término árabe del que se deriva el nombre de la localidad) y el desarrollo de las infraestructuras hidráulicas, con redes de pozos, fuentes, cisternas y aljibes.
El asentamiento quedó así rodeado por una muralla, de la que se conservan dos torres, cinco arcos y varios lienzos. De esta época es también el actual urbanismo, sobre todo en la parte más antigua del conjunto histórico, con manzanas irregulares de gran tamaño y calles estrechas y tortuosas, muchas sin salida.
Tras la conquista castellana de 1235 y el abandono de sus habitantes, Iznatoraf entró en una etapa de repoblación durante la que se reforzaron las murallas y se construyó un castillo, hoy desaparecido.
La apertura de una vía longitudinal principal (la calle Carrera) marcó el desarrollo de un nuevo modelo urbano con calles ortogonales y paralelas próximas a la muralla. La antigua plaza de armas se remodeló para convertirse en la Plaza de San Fernando, centro cívico y social de la población.
En este enclave, y probablemente sobre los restos de la mezquita mayor, se construyó la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, sustituida después por la edificación renacentista del siglo XVI que actualmente pervive. Durante esta centuria quedó consolidado también un arrabal en la ladera oriental, de menor pendiente y mejor orientación, a partir de la entrada principal a la villa o Puerta Real.
A partir del siglo XVII Iznatoraf apenas experimentó cambios en su estructura urbana, aunque se construyeron algunos edificios destacados como la Ermita del Cristo de la Veracruz y varias casas señoriales
EuropaPress
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