Enterrada primero por la autovía y
ahora por los escombros. La ermita de San Antonio Abad, declarada Bien de
Interés Cultural en 1995, se hunde en el barranco de Tamaraceite. Y no porque
su suelo esté en terreno fangoso, sino porque la basura se acumula a su
entrada. Los restos pertenecen a la rehabilitación que realiza el Ayuntamiento
en el colector de saneamiento del barranco. La situación, según corroboran los
vecinos, se ha prolongado varios meses. El conjunto arquitectónico se ha
levantado tras sufrir una inundación y un incendio. Ahora queda desescombrar la
zona.
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La ermita de San Antonio Abad, en el
parque de La Mayordomía, fue construida en el siglo XVIII, aunque los primeros
datos sobre la misma aparecen con motivo de un fuerte temporal en 1641 que
arrasó todo lo que pilló barranco de Tamaraceite abajo. Y eso a pesar de
encontrarse a 25 metros del mismo. Las lluvias de esta semana han convertido el
acceso en un lodazal y si algún turista se hubiera acercado a visitarla se
hubiera hundido sin remedio en el barro con sus chancletas. Además de haber
tenido problemas para encontrarla, ya que su acceso -frente a la urbanización
La Guillena- no se encuentra señalizado. Los aledaños del conjunto
arquitectónico, declarado Bien de Interés Cultural en 1995, se encontraban
además llenos de escombros, propiedad del Ayuntamiento.
El templo actual se levanta sobre las
cenizas del primitivo, que sucumbió a un incendio, y sobre la finca agrícola de
La Mayordomía cuyos últimos dueños fueron Clara Sintes y Matías Vega Guerra.
Así lo cuenta el profesor y estudioso del patrimonio cultural del barrio de
Tamaraceite Esteban Santana.
Su última rehabilitación data de 2010.
Ese año se recuperó la espadaña del campanario y parte del tejado con ayuda de
los feligreses y de recursos de la Iglesia. El párroco que oficio la misa el
día de su reapertura - 16 enero de 2011- ya advertía a los asistentes que haría
falta otro esfuerzo dentro de nada porque las humedades estaban afectando a las
paredes del recinto sagrado.
El Gobierno de Canarias, que aprobó el
expediente de BIC, describe el conjunto arquitectónico de la siguiente forma:
"La ermita consta una nave con cubierta a dos aguas de par e hileras y
contrafuertes. El presbiterio se cubre con artesonado mudéjar de traza
octogonal. Respecto a los edificios de la Mayordomía, destacan por constituir
un buen ejemplo de una antigua explotación agrícola, con habitaciones
principales, cocinas, establos y demás dependencias. Algunos cuartos conservan
el pavimento original en cantería. Las ventanas de diseño antiguo presentan un
pretil exterior en cantería destacando algunas con dinteles en arco de medio
punto".
"El conjunto es, por tanto, un
exponente de la arquitectura popular campesina, en la que hasta hace poco
tiempo con motivo de las fiestas populares de San Antonio Abad, se celebraban
actos festivos, como el arrastre de piedras por yunta de bueyes, luchadas,
carreras de caballos, etc", añade el documento.
La ermita, que ha estado bajo la
advocación de San Sebastián y San Buenaventura y de Los Dolores, pertenece al
Obispado de Canarias y en ella se ofrece misa una vez al mes. El sacerdote de
la parroquia de San Lorenzo-Tamaraceite, Cristóbal Déniz, que también lo es de
la ermita, ignoraba quién podía estar dejando los escombros allí.
El presidente de la asociación de
vecinos Aythami del distrito de Tamaraceite, Juan Calderín, indicó, por su
parte, que los escombros llevan varios meses y que se han hecho denuncias al
Cabildo de Gran Canaria, ya que es un entorno protegido que pertenece al
patrimonio cultural de la isla.
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Se da la circunstancia de que el
conjunto histórico, situado entre el barranco y la carretera general C-813,
pertenece a varias instituciones: el Obispado de Canarias, el Cabildo y el
Ayuntamiento capitalino.
El gobierno insular, responsable del
patrimonio, desconocía el viernes al dueño de los escombros aunque especulaba
con que podría ser el Ayuntamiento. Desde el Cabildo se afirmó que no había llegado
ninguna denuncia vecinal y que el mañana lunes se personarían funcionarios al
lugar para confirmar a quién correspondían.
La institución municipal reconoció el
viernes que los escombros proceden de las obras que se están realizando para la
mejora y rehabilitación del colector de saneamiento del barranco de Tamaraceite
en el tramo de la presa, con el fin de canalizar las aguas fecales y que están
a cargo del Fondo Estatal de Inversión Local y Empleo.
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