La catedral de Jaén, la gran joya del Renacimiento andaluz que aspira
a ser declarada Patrimonio Mundial, ha lanzado un SOS por su deteriorado estado
de conservación. El templo que diseñó el arquitecto Andrés de Vandelvira será inspeccionado tras el verano por la Unesco para decidir
si lo incorpora al listado de monumentos reconocidos, que se sumaría a los
conjuntos monumentales de Úbeda y Baeza, que este año celebran su décimo
aniversario como Patrimonio de la Humanidad.
Mientras llega la inversión estatal
para el arreglo definitivo de las techumbres, lo prioritario es el lavado de
cara de su fachada para realzar toda su belleza arquitectónica. Y ahí es donde
ha surgido la iniciativa de varios colectivos de la ciudad, con el apoyo del
Ayuntamiento, para recaudar fondos a través de la venta de pulseras de apoyo a
la candidatura de la seo jiennense como Patrimonio de
la Humanidad. “Todo el beneficio irá destinado a la limpieza de la
fachada y de dos torres. En una primera fase, se limpiarán matorrales y
excrementos de palomas”, indica la concejal de Cultura del Ayuntamiento de
Jaén, Cristina Nestares, quien aplaude la campaña promovida por la asociación
cultural Círculo de las Ánimas. Las pulseras, de caucho y de goma, se venderán
al precio de un euro.
De momento,
se cuenta con un presupuesto de 10.500 euros para hacer frente “a lo más
urgente”. Además, varios artistas locales se han ofrecido para organizar
conciertos con los que recaudar fondos.
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El Ayuntamiento jiennense, gobernado
por José Enrique Fernández de Moya (PP), ha enviado este año
al Ministerio de Cultura y a la Junta de Andalucía el expediente y el plan de
gestión para la declaración de la catedral como Patrimonio de la Humanidad. El
primer examen de esa carrera será tras el verano, cuando inspectores de la
Unesco lleguen a la capital para evaluar el estado de conservación del templo.
El Consistorio jiennense baraja también un plan bastante ambicioso: la
peatonalización del entorno de la catedral.
Este edificio renacentista recibió el
pasado año 43.000 visitas, cifra que representa casi la mitad de las 80.000 que
registró hace tres años, cuando se empezó a cobrar por la entrada al templo. A pesar de
esta caída, el deán de la catedral, Francisco Juan Martínez Rojas, sostiene que
“el balance es positivo porque se ayuda a la conservación del templo, que es de
lo que se trata”.
La entrada general por persona a la
seo es de cinco euros, un precio que incluye audioguía; para las visitas en
grupo es de tres euros; dos para los jubilados y uno y medio para niños y
colectivos especiales. El horario de visitas es desde las 10.00 hasta las
18.00. No se exige el pago para entrar al templo al coincidir con el culto
religioso entre las 8.30 y las 10.00 y desde las 18.00 a las 20.00.
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