Los trabajos de rehabilitación que se
están llevando a cabo en el Fuerte del Mazo -también llamado de Napoleón- con
el fin de adecuarlo para su visita concluirán en agosto. Esta actuación, que se
retomó a principios de 2012 tras dos años paralizada al presentar un concurso
de acreedores la anterior constructora, se ejecuta con una inversión de 470.462
euros procedentes del Ministerio de Fomento. Gracias a este proyecto será
posible el aprovechamiento cultural, educativo y turístico de este histórico
inmueble erigido en 1812, en plena Guerra de la Independencia, en el corazón
del Monte Buciero y desde el cual se disfruta de una completa vista de toda la
villa.
La obra contempla la restauración de
los dos edificios que integran la fortificación y su entorno, adaptándolos a su
función futura, a la vez que se garantice su conservación. El cambio de uso
respeta la estructura original al mismo tiempo que se reactiva su explotación
de cara a una ocupación durante la mayor parte del año. Esta semana, la
alcaldesa, Milagros Rozadilla, acompañada de la concejala de Cultura, Felisa
Bollaín; y de los ediles de Obras y Medio Ambiente, Ángel Mollinedo y Fernando
Palacio, respectivamente, han visitado el Fuerte del Mazo para conocer la
evolución de los trabajos que «ya están bastante avanzados».
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Durante el recorrido estuvieron
acompañados por la directora de obra y redactora del proyecto, Ruth Vega. Ella
les explicó que la actuación se está centrando en devolver el inmueble a su
estado original en sentido arquitectónico. Y es que en 1995 se rehabilitó a
través de un programa de la escuela taller pero se alteró su esencia. «Hemos
quitado los vestigios de antiguas reformas que se habían realizado y no habían
conservado bien el edificio, sino que lo habían transformado». Así, se ha
sacado la piedra vista, se ha empleado un mortero de características similares
al ya existente y se ha recuperado todo el sistema de recogida de aguas con
canalones nuevos. «Todo el agua pluvial se recogerá en el aljibe que va
directamente al monte». Además, detalló la arquitecta, se ha sustituido la teja
por otra recuperada y en el interior también se ha cambiado el suelo que era de
barro cocido y se encontraba bastante deteriorado. En su lugar, se ha colocado
un suelo de piedra que tiene una cámara de aire debajo para que no transmita la
humedad a las paredes.
Todo ello se completará con la
instalación de calefacción, electricidad, cámaras de seguridad, aparatos
sanitarios e iluminación interior y exterior. «Queda por hacer la barandilla,
que será una pantalla textil, realizada con red verde para potenciar las
vistas», señaló Vega. Además, el inmueble se hará accesible a personas con
movilidad reducida. Tras su recuperación, el proyecto incluye la creación de un
museo.
Rozadilla destacó «la buena marcha de
los trabajos que estarán finalizados en el plazo de un mes ya que no ha habido
ningún inconveniente que paralice o demore la obra». La alcaldesa subrayó que
el Fuerte por si mismo, con sus edificaciones y su entorno, ya es «digno» de
ser visitado. No obstante, explicó que se está trabajando para darle un
contenido. «Será una dotación sencilla. La idea es que los futuros visitantes
puedan imaginar 'in situ' el motivo por el que se hizo este fuerte y lo que
allí se vivió históricamente y militarmente hablando». En este sentido, se
recopilarán copias de documentos que detallen el uso de las fortificaciones,
así como trajes militares de entonces u otros aspectos con los que acercar esta
parte de la historia a vecinos y visitantes
Apertura
Los trabajos de rehabilitación que se
están ejecutando impedirán que este año se abra al público coincidiendo con la
temporada estival pero ya lo han hecho tanto el Fuerte como la batería alta de
San Martín que se unen, así, a las de la batería baja de Galvanes y el Fuerte
de San Carlos. A esta difusión del patrimonio histórico se suma el expediente
que se está elaborando en la actualidad desde el ayuntamiento a fin de impulsar
la declaración de Bien de Interés Cultural en la categoría de sitio histórico
para todas las fortificaciones levantadas a lo largo y ancho del Monte Buciero.
En la actualidad, solo 5 de los 20 inmuebles que existen en la villa poseen
este grado.
El documento, que se está
confeccionando con la colaboración del director de la Casa de Cultura y experto
en fortificaciones Rafael Palacio, se remitirá en los próximos meses al
Servicio de Patrimonio Cultural e incluirá todos los elementos de arquitectura
defensiva y apoyo logístico (polvorines, cuarteles, puestos de guardia, caminos
militares, hornos de cal, etc.), incorporando de esta manera los últimos
descubrimientos gracias a la aportación ciudadana.
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