«Esto puede quedarse así un año o ceder ahora mismo y arrastrar medio edificio. Y no podemos estar con esa lotería». Así se pronunció ayer el arquitecto y profesor universitario Fernando Aranda, el encargado de supervisar el pilar agrietado que ayer obligó a desalojar a una veintena de vecinos de una finca de los años 50 en la calle Peris y Valero de Valencia.
En el lugar se personaron bomberos municipales y policías locales, que coordinaron las labores de evacuación. Los vecinos pudieron recoger algunos enseres y ahora se han marchado a vivir unos días con familiares mientras los obreros realizan un revestimiento del pilar afectado para sustentarlo.
Según Rosa, una de las vecinas desalojadas, «el problema fue detectado hace dos días durante la reparación de una bajante de agua». Dos grietas de más de un centímetros recorrían de arriba a abajo un pilar de carga de ladrillo desgastado por los años, con el consiguiente riesgo de derrumbe. Ayer, los bomberos y el arquitecto decretaron el desalojo inmediato.
Según Aranda, esta pieza de construcción, situada en la planta baja y pegada a la fachada trasera, es clave para la estabilidad del edificio. Sufre lo que técnicamente se conoce como pandeo, una rotura por compresión. Los ladrillos que componen el pilar se han resquebrajado y ahora los técnicos van a encamisarlo (colocar unas placas laterales de hierro para fortalecer la estructura).
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Los bomberos ordenan el desalojo de una finca por la grieta de un pilar.
Los bomberos de Valencia desalojaron ayer un edificio de la avenida Peris y Valero ante el riesgo de que se viniera abajo por la grieta de un pilar. En total, fueron 10 las viviendas afectadas y la previsión es que los vecinos puedan regresar a casa hoy mismo después de que el citado pilar sea "encamisado" con un revestimiento de acero.
Según explicó Agustín Medina, vecino del último piso, fue hace dos semanas aproximadamente cuando haciendo unos trabajos en el desagüe los operarios detectaron una grieta en un pilar de ladrillo de la planta baja, "una grieta ancha en la que se puede meter un dedo", precisó.
Hechas las consultas técnicas pertinentes, los arquitectos concluyeron que la finca estaba en peligro y era necesario proceder de manera urgente a la reparación del pilar. Las últimas consultas se hicieron la semana pasada y el viernes se acordó iniciar la obra. "Ya sabíamos, además, que tendríamos que desalojar las viviendas", comentó Medina.
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Llegado el día, el responsable de la empresa contratada por los vecinos, Vicente Sanz, así como el arquitecto director de la obra, pidieron a los bomberos que hicieran un informe para que se pronunciaran sobre el posible desalojo y así lo consideraron. Su diagnóstico fue el mismo. La finca estaba en peligro.
A renglón seguido todas las familias salieron del edificio sin demasiados problemas. Unas chicas rusas, un colombiano y una familia china fueron los que más problemas pusieron por la comunicación y la dificultad para localizarlos. También una pareja octogenaria. Pero al final el edificio quedó vacío.
Según Vicente Sanz, los trabajos consistirán en poner un armazón de hierro al pilar y reforzarlo en su integridad. Así mismo, se aprovechará la ocasión para sanear las tuberías del agua y del gas, por lo que los vecinos tendrán que hacer un importante desembolso aún no precisado.
Lo que sí está claro es que esos refuerzos estarán terminados hoy y que los vecinos podrán volver a sus casas, independientemente de que luego las obras continúen. Lo prioritario, dijo Sanz, es evitar el peligro y eso es lo que se ha hecho. El edificio tiene 80 años.
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Levante-emv
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